La comedia es el tema favorecedor de la taquilla y por el que los cineastas incursionarán el año próximo, con el apoyo de las instituciones oficiales. Lo anterior es de sobra conocido por los productores y futuros directores e intérpretes a quienes alientan los triunfos de mexicanos en el extranjero.El obstáculo evidente es la falta de convencimiento del espectador que inclina su preferencia a las producciones extranjeras enfocadas a la violencia espectacular con los efectos ópticos que han creado preferencia.Las cifras son elocuentes: 100 cintas mexicanas producidas este año, apenas alcanzaron la concurrencia de 150 mil espectadores a las salas del país. Este razonamiento demuestra la indiferencia a la calidad expuesta en la selección temática y contenido con identidad de teórico aprecio e identidad, que sí es apreciada por el público del extranjero. Convengamos en que hemos demostrado que el Cine es precursor y difusor de la cultura promotora de la dignidad contemporánea al incursionar en temas de índole social con mensajes promotores de reflexión en la mentalidad del espectador.El Cine Mexicano incursionó exitosamente con el folklore y el carácter delicado de la mujer y la reciedumbre del varón. Aquello fue por las décadas cuarenta y cincuenta, favorecido por circunstancias mundiales requirentes de unidad panamericana. Después de ese lapso controversial se impuso la competencia prevaleciente hasta nuestros días en una industria afectada, para bien y lo contrario, por requerimientos económicos con el empleo de sofisticada mercadotecnia que comienza desde el anuncio de proyectos fílmicos, festivales y la promoción previa directa de los actores con diferentes alardes de espectacularidad.Estos son algunos factores coincidentes en la industria de pantallas grande y chica que disputan espectadores en el mundo. Falta revisar la agenda proyectada para 2016, donde el talento debe involucrar tenacidad, esfuerzo visionario y capital de riesgo.Dios nos guarde de la discordia.