Tan pronto anunció la Secretaría de Hacienda que bajará su expectativa de crecimiento económico, de 3.9% a 2.7%, en los territorios del Congreso de la Unión la oposición ha volteado a ver hacia Luis Videgaray Caso, a quien lo llamarán a comparecer con urgencia ante la Comisión de Permanente. Pero más allá de los formalismos declarativos, en el pasillerío, adonde la verdad suele aparecer sin máscara, al secretario de Hacienda han comenzado a mirarlo no como un cirujano experto, sino como un carnicero infame que opera a corazón abierto el cuerpo de la castigada economía mexicana. “Esto significa”, dijo ayer Ricardo Monreal, “que habrá menos empleos, menos inversión privada y menos consumo en el 2014. En palabras llanas, habrá más desempleo, más pobreza y más delincuencia”. ¿No sería mejor que ya relevaran a Luis Videgaray?, un reportero preguntó a Monreal en la conferencia. Y el zacatecano respondió: “Nosotros no vamos a pedir cabezas; pero sostenemos que el modelo económico es un fracaso. Un modelo que nosotros advertimos desde el principio que no funcionaría. Tenemos datos fidedignos de que han cerrado 110 mil empresas en el país: Pymes, pequeños comercios, misceláneas, restaurantes”. Apostillaba: “El terrorismo fiscal sigue cobrando víctimas, el acoso fiscal es enorme; los repecos en la calle siguen protestando por la aplicación impositiva del SAT”. Y fue entonces cuando el opositor planteó que es “urgente un plan emergente de contingencia económica, en el que se plantee la revisión de la reforma hacendaria y de la política fiscal aprobada en diciembre pasado”. Monreal fue el único opositor que reaccionó tan pronto Videgaray hubo dicho que la expectativa de crecimiento económico del país bajaría de 3.9% a 2.7%. “Desde el año pasado”, decía Monreal, “las cuentas y los cálculos económicos no le salen bien a esta administración. En 2013, el margen de error del pronóstico de crecimiento fue de 250%. Pronosticaron 3.9 al igual que este año y quedó en 1.1 oficial. Y si a este resultado le restamos el 2.2% de crecimiento de la población, entonces tenemos un decrecimiento real de 1.1 por ciento”. Y continuaba: “La verdad es que la economía del país no marcha bien. Y no hay crecimiento porque no hay consumo, no hay inversión privada y no hay confianza en los consumidores de que esto se componga”. Este diputado entonces recordó lo que en octubre y noviembre de 2013 argumentó cuando el PRI, PVEM, Panal, el PAN y un sector del PRD aprobaron las leyes de ingresos y egresos del 2014, y dijo: “El factor que está inhibiendo este crecimiento fue, sin duda, la reforma fiscal. En este primer trimestre (de 2014) el único que reportó saldo a favor fue el Gobierno. Recaudó más, pero a costa del ingreso y de los ahorros de las empresas y de las familias. Hasta la Bolsa de Valores tuvo un mal trimestre”. Advertiente, entonces subrayaba Ricardo Monreal: “Y mientras esto siga así el PIB seguirá cayendo. La reforma laboral y la reforma financiera ya tienen más de un semestre de aprobadas y el empleo y el crédito barato no se ven por ningún lado. Y nada hay que nos garantice que no sucederá lo mismo con la reforma energética, (a través de la cual) han estado prometiendo supuestos millones de empleos bien pagados y energía barata”. Y concluía: “Por ello, en lugar de entrar a aprobar una reforma energética de cuyos beneficios son una condición futura de realización incierta, lo que el Gobierno y el Congreso deberíamos estar diseñando es un Programa de Contingencia Económica, para recortar impuestos, aumentar el salario mínimo, recortar el gasto público corriente y congelar el precio de los combustibles. Todo esto en lugar de cuentas alegres”. A contrapelo de lo que planteó Ricardo Monreal, este mismo viernes salió César Camacho Quiroz, líder nacional del PRI, a defender la posición de Luis Videgaray. Y a colgarse, de paso, de la reforma energética: el priista decía que la disminución de expectativas del crecimiento económico de México “son una señal de la necesidad urgente que el país tiene para aprobar las leyes secundarias de la reforma energética”. Y hasta ponía fechas: tan urgente aprobarlas, que tiene que suceder en las siguientes cinco semanas. De paso, Camacho echaba el hombro al vapuleado Videgaray, de quien decía que “ya demostró que es un eficaz y un profesional de las finanzas públicas”. Y que las manos de Videgaray, remachaba el líder del priismo nacional, son las “mejores manos” para las finanzas públicas. Videgaray, ayer, no se quedó atrás, y aseguraba que México en materia económica “va por buen camino”, y las perspectivas de la economía “son mejores”. Y juraba a un noticiario radiofónico que la disminución del 3.9% el 2.7% proyectado es un indicador de que “la actividad económica se está reactivando”… Coincidente con César Camacho Quiroz, el diputado federal panista Mario Sánchez Ruiz, presidente de la Comisión de Economía de San Lázaro, afirmó que el anuncio de la Secretaría de Hacienda hacía urgente dos cosas: concluir las leyes secundarias en materia energética y una mayor inversión en infraestructura. Monreal, Camacho, Sánchez, y la Secretaría de Hacienda colocaban así el firme sobre el cual debatirán tirios y troyanos la próxima semana.