La estructura monolítica de la política ha cambiado en las dos últimas décadas. La masa está fragmentada aun al interior de los partidos con creciente heterogeneidad y la democracia decanta los valores originales de su existencia.Persiste un localismo exacerbado por la ecología, color de piel y lenguaje que sirve para disgregar, con elementos conducentes a preferencias electorales o de otra índole, incluyendo delictiva. Quedan al margen los principios democráticos de mayoría consciente de propósitos y objetivos específicos para la comunidad de la localidad.El proceso de adaptación a la desmasificación es la anarquía sin rumbo fijo, y sólo aliento del inmediatismo de grupos o masas conductoras del desequilibrio social. Los focos de inquietud forman un mosaico diversificado: desde localidades modestas como las michoacanas, hasta la mayor urbe del país, la Ciudad de México.En la proporción intermedia figura Guadalajara con motivaciones polarizadas de comercio organizado e informal creando una masa efervescente que atrae los intereses económicos con potencial empleo político. Todo, menos unidad con propósitos de crecimiento y desarrollo organizado.Desarraigo, desempleo y pobreza con el peso de la ignorancia, y menos aún acceso a las tecnologías contemporáneas, son presa fácil de las pasiones conductoras de tensión local y rápidamente amplificada por la difusión a través de los medios de comunicación; hecho que favorece la negativa multiplicación.Está comprendido que la democracia abriga diversidad de pensamiento y propuesta, pero el fanatismo actual la niega en materia educativa, arraigado en teorías y acciones fuera del contexto positivo al que inducen las reformas y su análisis con atenta consideración; tanta consideración como aprecio a los rechazos bien fundados. Pero de ninguna forma es admisible la postura desordenada precursora de violencia.Debe prevalecer y por lo mismo aceptarse los cambios radicales operados en la sociedad; sociedad no circunscrita a un modesto poblado o urbe sobrepoblada como antes, sino a la suma de pensamiento y conocimiento procedente de cualquier parte del mundo; igual que a cualquier parte puede concurrir el nuestro. Esto no era un recurso común en tal proporción y facilidad hace apenas dos décadas. La promesa o amenaza internacional alienta oportunidades. Según el caso es aceptación o rechazo, dependiente de la sensata visión de líderes dotados de la visión y creatividad acordes a la realidad innovadora de la circunstancia actual.Los cambios, tan presentes como ineludibles, llegan y causan sus efectos en la proporción correspondiente a quienes predispone la naturaleza, la condición humana y su nivel de incorporación a la tecnología con la capacidad para ejercer aceptación o rechazo, congruente a los lineamentos ponderados por el gobierno. Es estrecho el sendero del dicho al hecho, reclama audacia, creatividad y arrojo, pero sobre todo coordinación de fuerzas y ponderación de debilidades.