Viernes, 26 de Abril 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

Novicia en la cocina

Por: Paty Blue

No quedé muy convencida de que vaya a tener éxito, pero con mi incertidumbre no puedo empañar el entusiasmo con el que mi sobrina norteña vino a pedirme la receta de la carne en su jugo con que se ha propuesto agasajar a su flamante familia política. Pero como dice que a su tía, ora yo, el citado platillo le queda de rechupete y repetición, asumió que mejor mentora no podría tener para conseguir su loable propósito, así que no pude negarme a instruirla conforme a mis procelosos modos de cocinar porque, como lo fue mi madre, mi abuela y todas las buenas guisanderas que he conocido, soy de las de “a puños y luego contamos”, a la hora de administrar los componentes de cualquier guiso.

>

Nomás de entrada, a la hora de enlistar los ingredientes, la bisoña tardó un buen rato en comprender que la carne requerida es de res, pero no es el dichoso “pescuezo” con el que ancestralmente elaboraban el jugo de carne para los bebés, ni tampoco cualquier bistec partido en cuadritos, sino el producto de una jugosa pieza que los despachadores congelan para rebanarla en hojuelas más delgadas. Luego, siguió la disertación para aclararle que, para los tapatíos, el tomate para la salsa no es rojo, sino verde y con cáscara que debemos retirar para molerlo en crudo, con su razonable cantidad de ajos, aunque no pude especificarle con precisión, según me lo requirió, a cuántos y de qué tamaño me estaba refiriendo.

>

Creo que la pobre aprendiz salió más hecha bolas que aleccionada sobre la preparación del apetitoso platillo, sencillamente, porque ni siquiera concordamos en la terminología que me demandaba una traducción que no le pude hacer porque, a ver, ilústrenme ustedes, ¿a qué proporción de una cucharada, chica o grande, equivale una pizca?, ¿cuántos mililitros de agua conforman un chorrito?, ¿qué herramienta se utiliza para embadurnar la carne y con cuántos gramos de mostaza?, ¿de cuántos centímetros se recortan los cuadritos de tocino?, ¿qué tantos minutos tarda la carne en sofreírse?, ¿de qué grosor van las rodajas de rábano?, ¿de cuántos milímetros se pica el cilantro finito?, ¿por cuánto tiempo, reloj en mano, se deja cocer la carne?, ¿cómo podría yo hacerme responsable del buen resultado de un potaje elaborado por quien me pregunta si “cambray” es una marca de cebollas?

>

El punto de los frijoles para acompañar el guiso fue otro colosal sainete, porque hube de precisarle que los frijoles “de la olla” no van refritos, pero casi me da el patatús cuando me pidió esclarecerle si los chícharos debieran ser naturales o podrían ser de lata y si los ejotes se cortaban en trocitos o tiritas.

>

Como nunca mencioné que la carne en su jugo incluyera semejantes vegetales, tardé un buen rato en percatarme de que la novicia ni siquiera comprendió que me estaba refiriendo a las populares denominaciones de dos tipos de frijol, que son los más adecuados para este caso, porque no se desbaratan ni hacen un caldo turbio y pastoso, como los peruanos.

>

Sólo espero que haya captado correctamente la explicación, y que no vaya a andar por el mundo divulgando que los limeños sólo saben hacer caldos turbios y pastosos.

>

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones