La frase tiene aplicación al punto de vista por parte de los candidatos, ahora alcaldes de la Zona Urbana de Guadalajara, merced a la confianza del voto electoral depositado en las urnas el pasado primer domingo de junio.Durante las campañas fueron reiterativas las deficiencias en funciones básicas, asumidas como reproches ciudadanos y motivos de potencial corrección; una fundamental fue el factor económico, exponente de difícil posición para el enfrentamiento de obras urbanas nuevas, conclusión de aquellas en proceso y aún las terminadas con significativas deficiencias, como las expuestas en el Mercado Corona.Es éste, momento crucial para responder a la confianza de la población, confundida adicionalmente por la ineficiencia del transporte público y la carencia de cultura vial por parte de conductores y peatones produce incidentes cobrando vidas y daños. Asimismo, coindice la derivación de cuestiones ecológicas en tono amenazador que ya permea en la salud de pobladores afectando otros recursos.El socorrido argumento de coordinación entre los niveles de gobierno adquiere validez incontrovertible para enfrentar los diversos problemas, que rebasan las simples quejas en el ámbito de la seguridad integral y que fue, entre los otros mencionados, sobresaliente en los reproches, las promesas y las propuestas exigentes de solución para alcanzar la aspiración de vida sana, pacífica y ambiente en libertad.El aspecto económico remite al ejercicio de acciones de reclamo a la responsabilidad: de quienes tuvieron intervención en el pasado y correctivas en quienes tienen injerencia en el presente. Los colores de partido alguno y ambiciones personales, son inadmisibles ante la evidente presión que padece la sociedad dando motivo o pretexto al extender el desánimo en la población tranquila, convirtiéndola en víctima de atropellos anárquicos.La gente quiere vivir en paz, disfrutar la tranquilidad de transitar por las calles al amparo de garantías legales, reglamentos y aplicación de justicia, en una primera instancia por parte de la autoridad municipal; siempre la de su mayor cercanía, para otorgar apoyo y auxilio en la proporción que reclama los casi cinco millones de pobladores residentes en la metrópoli.El cruce de información e interacción de usuarios de las redes sociales influye, con su poder de comunicación a la asunción del derecho de la exigencia puntual sobre autoridades; vigilar su transparencia y exigir el cumplimiento de todo cuanto comprende el cumplimiento estricto de su función: desde un vigilante de crucero, hasta un intendente y, sobre todo, quien se asume responsabilidad superior jerarquía en el ejercicio de deberes y obligaciones de la burocracia.No hubo sorpresa alguna cuando asumí es una verdad vigente para las autoridades municipales. Por lo tanto, a 25 días de haber asumido la responsabilidad que significa la autoridad municipal, debemos conocer disposiciones eficientes y potencialmente eficaces en el ejercicio de gobierno al que la modernidad imprime ritmo acelerado y exigente. El tiempo apremia.Dios nos guarde de la discordia.sicpm@informador.com.mx