Me volvió a fallar

El hecho de fallar el pronóstico no tiene mayor importancia si no es que yo lo recuerdo, porque de otra manera nadie se va a acordar que lo dije, ni de que también le fallé mi pronóstico en el Estado de México, cuando anuncié que ganaría el licenciado Luis Felipe Bravo Mena, a quien el candidato tricolor, por medio de los electores, le puso una tunda fenomenal. Debo decir que lo que produjo mi error se lo puedo cargar a la televisión, de la que debo reconocer soy gran aficionado, y una vez a cada uno lo escuché afirmar enfáticamente que iba a ganar y yo, de creidote, pues les creí. Pero no nada más por eso: he dicho que a ningún candidato, de ningún partido, le veo por su historial, ni por sus declaraciones, finta de estadista; por eso creo que estas pasarelas son como un casting, una especie de Big Brother presidencial en el que sobrevivirá el ganador por cada partido y los criterios no pueden ser ni buscar un estadista, ni un programa político; creo que los parámetros a usar serán distintos, por lo que, no habiendo reglas, tenemos que especular, al fin que esto es plática. Según mi opinión, las bases para elegir candidato, no nada más de los azules sino de todos, serán en primer término la edad y, con esa base, Creel, Josefina, Beltrones, Beatriz, el “Peje” y Ebrard quedarían fuera y de los que quedan se buscaría al más guapo; por eso creía que era Lujambio, pero le fallé; con ese criterio, entre los azules queda Cordero, que podrá ser si usted quiere un superdotado, a la mejor es Cerebro el de las caricaturas, el hombre más inteligente nacido de mujer, pero guapo, lo que se dice guapo, no es; lo más, es parecido a Mr. Bean. No sé cuántos años tenga el señor gobernador, ni lo guapo que pueda ser considerado, pero si quitamos a los otros de los azules, y él tiene menos de 50, tan sólo quedarían él y el gobernador del Estado de México en un mano a mano; pero conste que no hago predicciones porque, con la puntería que traigo, nada más no le atino y voy a quedar catalogado como salitroso. Pero lo más interesante deberá ser como siempre la opinión de usted, basado en esta divagación, que espero conocer con su comunicación. “He dicho que a ningún candidato, de ningún partido, le veo por su historial, ni por sus declaraciones, finta de estadista; por eso creo que estas pasarelas son como un casting, una especie de Big Brother presidencial...”