Miércoles, 21 de Mayo 2025

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¡Luego nos vemos!

Por: Guillermo Dellamary

¡Luego nos vemos!

¡Luego nos vemos!

Curiosa manera de despedirnos. A ver, ¿cuándo es eso?

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Es una manera indeterminada de fijar un próximo encuentro. ¡Y lo hacemos tanto!

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Pues es uno de los modos en que nos manejamos con el tiempo. ¿Quizá nos falta determinación para fijar con certeza un compromiso? No lo sé, pero cuando alguien nos interesa mucho, entonces sí buscamos definir,  con claridad,  el cuándo y el cómo vernos.

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Así le podemos decir con toda franqueza a alguien, que de plano ya no nos interesa verlo, tal vez algún día nos volveremos a encontrar, por lo pronto se lo dejamos al destino y a la pura casualidad.

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Y me pregunto: ¿Qué hay detrás de esta manera de relacionarnos?

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¿La falta de sinceridad?, ¿el no poder decir que ya no te quiero ver?, ¿que no está en mi mundo de opciones quererte ver de nuevo? Por eso no fijo una nueva fecha para volvernos a encontrar.

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Si bien nos vamos a volver a ver, se lo dejaremos a la casualidad, pero no desde mi voluntad y ganas de buscarte y tener un nuevo encuentro.

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Parece que le tememos a ofender al otro, y le damos mejor por su lado y le decimos con una falsa y diplomática sonrisa “si claro a ver cuándo nos vemos” Pero no fijamos, agenda en mano, una futura reunión que sí se realice.

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En cambio, cuando alguien nos interesa mucho, ya nos urge definir el día, la hora y el lugar, y desde luego es mutuo. Porque hay que aceptar que también si uno quiere y el otro no, pues de plano no se van a poder poner de acuerdo. Una cosa que suele suceder mucho entre nosotros.

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La fuerza de la alegría y el gusto por un encuentro casual,  con alguien que estimas, puede invitar a qué de nuevo lo quieras volver a ver, y por eso rápidamente se define una nueva fecha para el agasajo del reencuentro.

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Los mexicanos tenemos un tiempo volátil, indefinido, igual nos da hacer esperar, que sentarnos a ver qué pasa. Andamos de prisa cuando se trata de cumplir con una cita precisa, pero también dejamos pasar horas y horas sin que nada suceda,  como si el tiempo no tuviera un valor importante.

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Luego, puede ser mañana o nunca. Es un futuro indefinido que se pierde en la penumbras de un extraño porvenir que tal vez nunca vuelva a suceder. O queda abierto, para que tal vez sí.

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El que si quiere verte, fija fechas exactas. El que tiene inseguridad y duda, saldrá con su carta de: “a ver cuándo”.

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En pocas y breves palabras, se pueden extraer los verdaderos intereses y afectos. Quien sí quiere estar contigo y a quién la verdad ya no le interesa mucho. Y si acaso lo hace,  es porque tiene algún interés o conveniencia en sus manos. Pero si ni eso, es que fácilmente te descarta y manda al túnel del tiempo indefinidos, que seguramente se perderá en los cantos del olvido.

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¡Por ahí, luego nos vemos!

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