Escribo de prisa la presente colaboración, porque recibí noticias de que la querida tía Meme se encuentra en un hospital, reponiendo sus abundantes carnes de un terrible accidente. Cualquier ataque contra la corporeidad de la tía Remedios, suele ser de una gravedad absoluta; lo que en otros eran problemitas, en ella se presentan como problemas irresolubles.He sabido que hay muchas gentes que habitan la ciudad, a las que les chocan las ratas tapatías. Por mi parte, soy un verdadero fan de dichos animales y estoy convencido de que en 40 años más, así como defienden a las ballenas, estarán defendiendo a las ratas tapatías. Y cómo no quererlas, con pelajes tan bellos como berrendas, cárdenas, sardos y otras variedades que las hacen realmente encantadoras. Tía Meme no comparte mi gusto por esos animales, que ella llama sencillamente bichos.El otro día, la tía salía a comulgar, como toda mujer devota, al templo que queda enfrente de su casa y cuando se disponía a bajar los escalones hacia la banqueta, vio de pronto una rata berrenda y que si daba el paso adelante, quedaría en calidad de piel estrellada contra el piso (desde luego la rata, no la tía), por lo que Meme trató fundamentalmente de evadir el sacrificio del animal, para lo cual tuvo que brincar del tercer escalón al primero, cayendo absolutamente de puntas. El grito fue demoledor; para que usted se imagine cómo cayó la tía, debo decirle que es algo parecido a la defensa de karate llamada “La grulla” en las películas de Karate Kid.Por evadir a la rata, la tía cayó con un fuerte costalazo, ya que su frondosa corporeidad venció la delicadeza de los dedos de ballet. Tolito, que oyó el grito, salió, sólo para ver correr a la rata y para recibir una andanada de quejas de parte de Meme. Él, pretendiendo ahorrar, decretó que no le había pasado nada, hasta que un especialista determinó fractura expuesta de los dedos de la tía, quien en lo sucesivo tuvo necesidad de andar en silla de ruedas durante su convalecencia.Desde luego, a Meme ya no le interesa en lo más mínimo la supervivencia de las ratas y cada vez que ve un ejemplar de éstas, maldice el momento en que respetó la vida del animal, con lo que, no nada más no defenderá a las ratas tapatías, sino que no estará de moda por la pasión que debemos demostrar los actuales seres humanos en favor de los animales. Y pueden hacer lo que quieran, en tanto los animales no protesten. Personalmente me choca que a los perros los saquen a pasear amarrados; a un ser que es tu compañero, no lo sacas amarrado. Igual estoy en contra de los parques caninos, en virtud de hacérseme una discriminación absurda contra los demás animales, pero desde luego cada quien sus gustos.@carlosmorsa
