Por Fernando SakanassiEscribir para la escena es una tarea alentadora cuando los objetivos se ven cubiertos a mediano plazo. Luis Eduardo Yee emprende un viaje interesante desde la dramaturgia que de a poco comienza a rendirle resultados, en un terreno donde la producción escénica independiente hace sus apuestas y la retribución será —en la mayoría de los casos— positiva. ¿A qué nos referimos con esto? El riesgo es poco, pero no por ello la motivación deja de ser honesta. “Las casas con olor a pez apestoso dan asco” es la historia de dos hombres-niños-o lo que sea que usted quiera interpretar, que van en busca de su lugar en el mundo, aunque se den cuenta que ese lugar puede ser sencillamente el movimiento; de entrada el planteamiento alude a la metáfora y ésta coloca el carácter del texto en un nivel “bonito” que nos hará salir del teatro con un “buen sabor de boca”. Usted querido espectador, puede ir con o sin niños y pasar un rato agradable y tranquilamente podrá continuar con su fin de semana, después de observar una historia un tanto cuanto hollywoodense con pinceladas de cuestionamientos ontológicos —la identidad y la pertenencia—.Cuando Paloma Domínguez (directora del espectáculo) toma el texto y con él un giro en su quehacer teatral, nace otro riesgo que es bien asumido y sobre todo bien conducido. Llegamos al Teatro Experimental de Jalisco y la directora inicia un divertido juego con los espectadores que más adelante le permitirá incluirnos de manera activa en la presentación. Una vez explicadas las reglas del juego nuestra directora-narradora-actriz nos guía a través de esta conmovedora historia, con un trabajo honesto y sudoroso de Alejandro León y Josy Méndez. Con el espacio vacío y apoyada de una veintena de zapatos apestosos robada a los espectadores, Domínguez boceta las atmósferas y mantiene —casi siempre— la atención del que observa. Se apoya además de Leiden Gomiz en el diseño sonoro y de Miguel Ángel Gutiérrez en el diseño de iluminación, ambos con una colaboración efectiva pero apenas suficiente.La anécdota y la trama son sencillas, sin embargo por periodos se vuelve confuso el espectáculo debido a lo onomatopéyico de las voces de los personajes que rozan la caricatura y a los estadios fragmentados que propone la directora que no permite asentar el flujo natural del texto.Enhorabuena el arribo de Paloma Domínguez a la dirección escénica, que en este su primer trabajo deja visos de que puede llegar a ser interesante, quizás en el futuro asuma riesgos mucho más poderosos como suele ser su trabajo como actriz.“Las casas con olor a pez apestoso dan asco” se presenta los sábados y domingos a las 13:00 horas en el Teatro Experimental de Jalisco. Entrada general $100 pesos/Descuento $80 pesos, últimas dos funciones.