Qué trabajo cuesta aplicar el Estado de derecho en México. Tal parece que hacerlo va contra nuestra manera de ser y nuestra cultura. A poco más de dos meses y medio de haber llegado a la presidencia municipal de Guadalajara, Enrique Alfaro ha emprendido entre otras tres acciones para hacer que se respeten leyes y reglamentos (como debería ser en teoría), y resulta que se le están convirtiendo en tres guerras, y se multiplican sus enemigos.La primera de estas acciones fue liberar banquetas y zonas donde está prohibido estacionarse de los automóviles que tradicionalmente las bloquean. Nunca pensó que quienes se iban a sentir más afectados y se pondrían en su contra eran los empleados de los valet parking, que dejan los coches donde pueden, y de quienes están detrás y seguramente hacen negocio con esta actividad, de tal forma que hay descontento y piensan que la medida los va a dejar sin trabajo. Estaban acostumbrados a dejar los coches en cualquier lugar y ahora se ve que no hay estacionamientos suficientes, algo que no habían previsto abusando de la irregularidad.Después fueron los vendedores ambulantes del Centro. Ahí sí se veía venir un problema escabroso porque detrás de quienes vendían productos en las calles están quienes eran sus proveedores, los auténticos ganadores del negocio, que están en pie de guerra contra Alfaro y se lo hacen saber con reacciones hasta violentas de los vendedores que ya estuvieron a las puertas de Palacio Municipal arrojando objetos y comida a policías. Y finalmente Alfaro se ha enemistado con algunos de los Comités Vecinales, señalando que no han hecho la tarea en aplicar los ordenamientos urbanos, además de que hay entre ellos quienes le dan la vuelta a los reglamentos con procedimientos judiciales de dudosa honestidad. Resulta que en el tema de aplicar o no reglamentos urbanos son muchos los que sacaban provecho y cometían irregularidades para obtener permisos extraordinarios incluso para construcciones.Había muchos oportunistas irregulares que hoy también están en contra de Alfaro.Nada más loable que aplicar el Estado de derecho, urge en México, pero se multiplican los enemigos y eso pone al Ayuntamiento de Guadalajara en una tesitura de “No equivocaciones”.Y es que para obtener el apoyo de todos quienes apostamos por la “cero tolerancia” en la aplicación de leyes y reglamentos Alfaro y su gente tienen cero margen de error en cuanto a equivocaciones: tienen que ser casi perfectos desde la erradicación de la corrupción que promueve la irregularidades, hasta detalles que podrían considerarse nimios como llegar a tiempo a citas y eventos, y ser muy humildes en el trato con la gente.Y debe comunicar mucho mejor de lo que lo hace su proyecto y el porqué de las medidas; necesita apóstoles.Un error puede costarle caro a todo el proyecto, y sería un pésimo referente cuando se hable de aplicar el Estado de derecho en nuestro país.