Conversión de realidad en leyenda, esta fue una de las primeras películas mexicanas, realizada en blanco y negro y aún sin sonido, en el lejano 1919. Su narración responde a hechos emanados de la Revolución con los abusos cometidos por un grupo de maleantes combatidos por la autoridad de la Ciudad de México cuya población no alcanzaba el millón de habitantes, diezmada por la delincuencia.Cualquier semejanza con lo que ocurre actualmente es coincidente en los estados de Guerrero, Oaxaca, Tamaulipas y Michoacán, donde el terror alcanza relevancia inoculando a gente modesta y pacífica que solivianta y abandona costumbres sustentadas en el orden para atacar las instituciones. Tal fue el principio de la célebre Banda del Automóvil Gris que llevó a varios de sus miembros al paredón de fusilamiento.Con el rudimentario instrumento del automóvil los malhechores asaltaban residencias destruyendo y sustrayendo objetos de valor, en dolosa complicidad con militares divagantes e inconformes con los incipientes resultados del movimiento armado que cobró vigencia a partir del asesinato del Presidente Madero y el Vicepresidente Pino Suárez.La célebre cinta escenifica las acciones de la delincuencia, ocurridas en la realidad cuatro años antes, en una expresión genuina y valiente de insuficiente esfuerzo de la autoridad por acabar con el uso y abuso de la fuerza, resaca del movimiento revolucionario.Durante más de cuatro décadas y en algunos casos hasta nuestros días, la Banda del Automóvil Gris constituye una remembranza aleccionadora de la pérdida de valores y cifras multiplicadas, pero suscritas por la insatisfacción convertida en delito que reemplaza la sana convivencia sin alcanzar el bien del esfuerzo como vía de prosperidad .Es significativo el aprecio al esfuerzo de quienes produjeron y actuaron en aquella película, hoy apenas almacenada como reliquia que marcó pauta de responsabilidad cultural auténtica del Cine Mexicano.Dios nos guarde de la discordia.