Jueves, 09 de Octubre 2025

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Hay de nombres a nombres

Por: Carlos María Enrigue

Hay de nombres a nombres

Hay de nombres a nombres

Todos conocemos a alguien a quien no le gusta su nombre. A alguno de nosotros mismos puede no gustarnos el que han elegido para nosotros nuestros padres. Las causas de este disgusto pueden variar. Encontramos el clásico caso de la niña cuyos padres decidieron llamarla Blanca cuando es más prieta que india chamula. Está también la opción del nombre extranjero, aunque eso sólo sirve para confirmarnos que vivimos en un país del tercer mundo y es por ello que seguido nos encontramos con Brayan de Jesús, Kevin Egidio y demás combinaciones que tanto jolgorio producen al infelizaje. Por cierto, un nombre de estos sumado a una casa color verde caribe claro, nos da, de acuerdo a los parámetros de medición de la UNESCO, el pináculo del subdesarrollo. En el caso de su servidor también debo admitir que fui víctima de la elección paterna. Imagínese usted que me decidieron poner Carlos María acompañado de los apellidos Enrigue Lancaster - Jones. Desglosemos cada uno de los conceptos para su mejor comprensión: 1. Después de un profundísimo estudio del nombre Carlos (mirada superficial tras googlearlo) los resultados coinciden en que es un nombre germánico aunque varían en cuanto a su significado. Unos dicen que significa "hombre libre", otros proponen "hombre fuerte" y otros llevan el asunto aún más lejos al decir que en su acepción más antigua quiere decir "Aquél que es dotado de noble inteligencia". Como llegó cada investigador a estas conclusiones no tengo idea, aunque la experiencia nos señala que lo más probable es que se lo hayan inventado. 2. El segundo nombre en realidad es una patada en las bolas. Y es que, pese a que siempre que uno hace trámite en cualquier dependencia estatal las secretarias irremediablemente dicen "Ay mijo que bonito nombre" pues sin duda las remite a la novela de moda de Galavisión, uno sabe inequívocamente que ese nombre sólo le va a traer problemas en el día a día. Imagínese usted siendo un prepuber de 3° de primaria. Ocupación principal en la vida: sacarse los mocos y hacer con ellos pequeñas esculturas. Nuevo en escuela de puros varones. El profesor comienza a nombrar lista (y dado que se trata de una escuela del Opus Dei y los linajes y blasones deben ser respetados a cabalidad puesto que para eso cobran tan elevadas colegiaturas), dice su nombre completo: Carlos María Enrigue Lancaster - Jones. El salón estalla en una carcajada colectiva y empiezan a joder coreando "¡María, María!". Si quiere usted hacerle una broma pesada a su hijo, mejor póngale picapica en los calzones y mándelo a la escuela. No le ponga María por nombre. El que suscribe, literalmente, se tuvo que agarrar a madrazos un par de veces por esta causa, arrojándose distintos resultados. 3.- En cuanto al apellido Enrigue habrá que decir que primero que nada es un apellido no es nombre (suficiente jalada  fue Carlos María, Carlos María Enrique ya sería exageración). El origen de esa voz es desconocido. Lingüísticamente es complejo asignarle un lugar puesto que todas las opciones se terminan por desechar de buenas a primeras. Que si somos kurdos, que si somos vascos, que si somos cosacos. No se sabe. Sólo sabemos con precisión que el apellido encuentra su abrevadero en la risueña población de Almost Watch Castle, en el sur del estado de Jalisco (para aquellos que no parlan la lengua de Shakespeare significa Casimiro Castillo). Más no se sabe de este apellido. Lo que sí sabemos quienes portamos tal denominación es que tenemos que estar alertas y vigilantes pues cualquier persona que tiene alguna gestión que involucre el apellido va a querer corregirlo y poner Enrique puesto que nadie en su sano juicio puede apellidarse Enrigue. Por tanto, para nuestra felicidad, siempre tendremos que considerar dedicar de 4 a 5 días del año para lidiar con estas estupideces así como para rellenar formatos A-45-B17 necesarios para que la subsecretaría adjunta al despacho del subasistente del delegado de la oficina de sellos y estampados gubernamentales cuente con nuestro correcto apellido. 4.- El segundo apellido si bien ha dado lugar a complicaciones burocráticas en realidad ha servido más para el relumbrón. Y es que, si usted vive en México seguro se habrá dado cuenta que tener un apellido no hispano o portugués es como si le hubieran dado 10 centímetros más de altura a un enano. La postración de los pueblos mesoamericanos ante la gente venida de Oriente siguiendo el relato de los sacerdotes mexicas se repite pasados ya 500 años de la conquista. Sin embargo hace unos meses, mientras navegaba por los 2,000 canales de televisión sin encontrar nada de mi gusto me tope con el duelo Milwaukee Brewers v. Phillies de Philladelphia. El suscrito se declara fan de los cerveceros por haber habitado la generosa tierra de Wisconsin durante una parte importante de su adolescencia, tierra que tanto ha aportado al progreso universal. El asunto es que viendo el juego cerca de la 7a entrada pusieron de relevista a un sujeto que me hizo pensar sobre los nombres y el daño que se causa. El sujeto en cuestión se llamaba Antonio Bastardo. Sí, tal como lo lee. Antonio Bastardo. Y es que yo durante toda mi vida me he quejado de mi nombre y me toca ver algo así. Sí, ustedes me podrán decir, existen personas con nombres chistosos; por ejemplo encontramos a Elano, deportista brasileño con un pique en corto supremo; encontramos a Marica y a Puñal en la liga española, rumorándose que cuando éstos se encuentran en la regadera se arman unas batallas de toallazos criminales. Pero ninguno de ellos esta siquiera cerca de Antonio Bastardo. Él lo sabe, sus papás lo saben, sus amigos lo saben y además no puede cubrirse en las sutilezas de la lengua. Estando en China, Bulgaria, Mozambique e Irlanda todo el mundo sabe que es bastardo. Por otra parte, considero que la MLB debe tomar inmediatamente cartas en el asunto. Y es que, en los tiempos modernos, en los que resulta políticamente incorrecto llamar al pan pan y al vino vino, el hecho de que el lanzador de los Phillies lleve puesto ese nombre en su jersey es una afrenta a todos los bastardos del mundo. Por ello, desde esta trinchera, lanzo un llamado para encontrar un nombre sustituto que libre a Antonio Bastardo de la calumnia y la injuria, de la discriminación y del desprecio, de la humillación y de la burla. Por eso, hoy estamos contigo Antonio Bastardo, el hombre.

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