Domingo, 18 de Mayo 2025

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Festival de San Sebastián

Por: El Informador

Por Estrella Araiza

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E: voy a hablar de la comida en San Sebastián.

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A: ¿De la sección gastronómica?

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E: No, de la comida, y también del tiempo que se pasa en los aviones.

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A: ¿Y de cine no?

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E: Sí, de cine también... de las películas que se pasan en el avión.

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El Festival de Cine de San Sebastián llega este año a su edición número 64. El nombre correcto del festival es “Donostia Zinemaldia Festival de San Sebastián International Film Festival”, y luego los extranjeros se quejan por no poder pronunciar Guadalajara... ellos tienen que traducir todo a castellano, inglés y euskera, las ceremonias se hacen largas, y del euskera no se entiende ni papa.

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Para llegar al festival esta es la ruta que seguí: Guadalajara-Ciudad de México, una hora; México-París, 10 horas 40 minutos; Paris-Bilbao una hora 35 minutos, y en carro una hora más a San Sebastián; pero cuando me comí el primer pintxo, todo el viaje valió la pena.

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Cuando abordé al vuelo largo, me tocó en el pasillo y la persona que le tocaba el asiento central trató de convencerme de que le cambiara con el pretexto de que él se “levantaba mucho al baño”, ese argumento no convence a nadie, pensé y solo respondí de la manera más amable que encontré: “no gracias, así está bien”. Claramente molesto me contestó: “pues te voy a molestar muchas veces”, y yo respondí: “sí, no importa”.

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En los vuelos largos (más de cinco horas) siempre se aprecia el pasillo y hay algunas otras consideraciones que si tuviera que decirle a todos los viajantes de vuelos largos serían estas: La primera, si tienes una pantalla con entretenimiento frente a ti, también hay una cabeza recargada al otro lado de esa pantalla. No jueguen joyitas, solitario o cualquiera de los juegos en los que se requiera que aprietes la pantalla. Le estas picando la cabeza a alguien. Segunda, si no sabes cómo funciona la pantallita, pregunta a alguien, a quien sea, he visto como tratan de meter los audífonos en un espacio para tornillos. Tercera, no le pidas a alguien que no recline su asiento. El asiento se reclina máximo cinco centímetros. Esos cinco centímetros son la gloria cuando tienes que pasar más de 10 horas sentado, ¿por qué privar a alguien de ese mínimo placer? Cuarta y última, comparte el descansabrazos. ¡Es para dos personas! tienes que poder descansar el brazo en algún trayecto o traer los brazos cruzados de principio a fin de muchas horas de vuelo.

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Ya no me alcanzó el espacio, pero después les cuento de la comida y del cine.

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