Miércoles, 01 de Mayo 2024

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Feliz ocurrencia

Por: Jaime García Elías

Feliz ocurrencia

Feliz ocurrencia

Armar un programa de concierto con obras del mismo autor, con cualquier pretexto —y hasta sin pretexto alguno—, es válido. Sucede con cierta frecuencia. Armarlo, como sucedió con el tercero de la Segunda Temporada 2017 de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), a base de tres sinfonías del mismo autor —Mozart, en el caso—, aunque la memoria no registre antecedente similar alguno, y aunque se trate de sendos “caballos de batalla”, fue una feliz ocurrencia.

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La respuesta de público —sala casi llena en la función del jueves en el Teatro Degollado— avaló la pertinencia de la oferta. Y aunque quedó la sensación de que la velada habría resultado redonda si se hubiese incluido cualquiera de las dos últimas sinfonías del genio de Salzburgo (40 o 41) como plato fuerte, la concurrencia salió notoriamente satisfecha tanto con la oferta —las sinfonías No. 31 en Re mayor, K. 297, “París”; la No. 38 en Re mayor, K. 504, “Praga”, y la No. 36 en Do mayor, K. 425, “Linz”, por orden de interpretación— como con el desempeño de la OFJ y la atingencia de su director titular, Marco Parisotto, en el pódium.

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El programa de mano incluyó notas alusivas a las circunstancias en que Mozart compuso y dedicó a sendas ciudades europeas las sinfonías de referencia: los originales golpes de efecto de la “París”, la profundidad de la “Praga” (incluida en la parte central de la velada), y la premura —cuatro días apenas— con que compuso la “Linz”: una partitura “para salir del paso”, pero que 234 años después de su estreno mantiene plena vigencia.

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Aunque las dotaciones de las tres obras son moderadas, los músicos de la OFJ se rolaron de manera que todos participaron en la función; (si escuchar a Mozart refina el gusto del oyente, tocarlo refina la musicalidad y el timbre del ejecutante).

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Salvo algunos ocasionales excesos de los metales en el segundo movimiento de la “Praga”, la interpretación del ensamble fue pulcra; la batuta de Parisotto aportó equilibrio, respeto de la partitura, y, en muchos momentos, buena dosis de intensidad. El comportamiento del público, ejemplar esta vez: sin aplausos impertinentes (el silencio también forma parte de la música) al final de cada movimiento.

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La repetición del programa tendrá lugar este domingo, a las 12:30 horas, en la misma sala.

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