Ahhh cómo hay familiares chismosos y metiches, que hablan cuanta cosa negativas se les ocurre, de lo que oyen. Y en vez de ayudar suelen complicar más las cosas. Cuando un familiar cae en la desgracia de una adicción, el problema se agrava cuando los familiares lo etiquetan y juzgan. Esto lastima y perjudica la reincorporación a la vida social y familiar, simplemente porque nadie está exento de pasar vergüenzas y penas. Es muy común que en nuestras familias existan dos tres personajes que les encanta husmear y entrometer en los asuntos de los vecinos. Y sobre todo hacer historias ficticias de lo que oyen y ven. Además procuran agregar y exagerar las cosas, de tal manera que acaban por distorsionar los hechos de una manera muy negativa. La ropa sucia, se lava en casa. Una frase muy sabia para insistir en que los temas delicados, de una persona o familia, se deben de quedar en lo privado e íntimo. No en lo público y exhibidos de una manera ofensiva. Esas personas entrometidas y de lengua venenosa, si hacen mucho daño, son amig@s del escándalo y de la intriga. Por lo que hay que tener mucho cuidado de lo que son capaces de decir y de hacer a los demás. Aunque digamos que no nos debe de importar “el que dirán”, a la larga las barbaridades dichas fuera de contexto, las acusaciones falsas y las calumnias si logran perjudicar. Por tal motivo un consejo muy importante, cuando descubrimos la adicción de un familiar, es cuidar con atención a quién le divulgamos la información. Quién si debe de enterarse y quien de plano es mejor que no lo sepa. La regla es muy sencilla: Si va a aportar algo positivo, pues bienvenid@, pero si va a generar escándalo y perjudicar, mejor de lejitos. Tampoco se trata de engañar o de mentir, pero si de no explicar de más o dar detalles innecesarios a los amantes de la intriga. Sí hay que asegurarse de uno mismo no exagerar ni divulgar los vicios de nuestros seres queridos. Hay que cuidar su reputación y prestigio. Pues a la gente negativa, le encanta hacer “leña del árbol caído”. Tampoco nosotros hagamos escándalos.