La corrupción es un tema muy difícil de abordar por lo complicado que resulta recoger datos fiables sobre actividades ilegales generadas por la corrupción. Lo que se llega a saber sobe la corrupción es lo que difunden los medios, muchas veces incompletos, otras tendenciosos y más si es época de elecciones. Son más notorios los que motivan escándalos. La realidad es que la corrupción es un laberinto que tiene múltiples salidas engañosas y solo una concluye en el castigo a los corruptos. Entre más impunidad hay en un país, mayores son los actos de corrupción y mayor el monto del daño económico. Tenemos como el ejemplo el caso Wal-Mart, que como muchos otros, nos enteramos por las noticias difundidas en el extranjero, en Estados Unidos en esta ocasión, en donde se tipifica como delito sobornar a funcionarios de gobierno de otros países para obtener facilidades, que pueden ser permisos y licencias de ubicación, de impacto ambiental, de operación, de construcción y todo aquello que conlleva iniciar un negocio, que tropieza con todas las barreras burocráticas, que tienen un alto costo, por la demora en vencerlas por la vía legal y que muchas veces, agotados los trámites legales, queda el último escollo de la última firma, del último funcionario que tiene que dar la última autorización y si no hay dinero de por medio, hasta ahí llegaron los trámites. Si se interponen quejas y denuncias, se corre el riesgo de que se le acuse al promovente de haber intentado sobornar para obtener rapidez en el trámite. Wal-Mart, que no se caracteriza precisamente por su ética comercial, ha obtenido una corriente de simpatizantes, sobre todo de aquellos empresarios que recorrieron el mismo camino y fueron extorsionados. Unos cuantos trámites no iban a detener la marcha del gigante que se expande a gran velocidad por el mundo y, México, solo es uno más de los países a donde se han extendido. Su política de exprimir a sus proveedores y pagar bajos salarios, genera utilidades de las que reparten migajas a sus consumidores, con “precios bajos siempre”. Estamos ante la disyuntiva de frenar los actos ilícitos y agresivos de Walmart o facilitar su crecimiento, para generar empleos mal pagados y constituir una competencia desleal para las demás cadenas de supermercados. Este ejemplo no nos abre el camino para encontrar la salida del laberinto de la corrupción, es tan solo una erupción del magma que se encuentra subyacente, oculta dentro de los vericuetos de la administración pública, es el pus del cáncer oculto. En estudios sobre nivel de corrupción, de 36 países con calificaciones de 1 al 10, la puntuación de Nueva Zelanda, Dinamarca, Singapur, Finlandia y Canadá, obtuvieron más de 9 puntos, en tanto que México, Italia, Tailandia, India, Pakistán, China e Indonesia, obtuvieron de 1.94 a 3.18. La corrupción es un fenómeno social que ataca a cualquier actividad y clase social, motivada por la codicia de enriquecerse a costa de los demás. La lucha contra la corrupción debe ser uno de los temas torales que deben abordar los candidatos en las elecciones del 1 de julio. Wal-Mart, que no se caracteriza precisamente por su ética comercial, ha obtenido una corriente de simpatizantes
