La semana que termina trajo, entre pocas noticias amables, una sobre el descubrimiento de una breve película en la cual sale de repente un personaje que muy probablemente sea el mismísimo Marcel Proust, a sus 33 años. La noticia la echó a circular un académico canadiense, Jean-Pierre Sirois-Trahan, que se metió a hurgar en el archivo fílmico de Francia (Centre National du Cinéma) en la colección de viejas películas donadas por una familia prominente.Dado que pocas biografías están tan bien documentadas como la de Proust, por sí mismo y por incontables especialistas, se sabe que el escritor estuvo invitado, en noviembre de 1904, a la boda de su amigo Armand de Gramont con Elaine Greffulhe. La crónica social publicada el 15 de ese mes por Le Figaro* da cuenta de la solemne ceremonia en la iglesia de la Magdalena y del cortejo que acompañó a los novios. La película de 35mm,** tomada en las escalinatas del templo, capta con la típica aceleración del cine de la época la salida procesional: señores de chaqué y sombrero de copa, señoras emperifolladas y con pieles de moda invernal. Todo eso dura poco más de un minuto. Y de repente, como por el segundo 35, se ve a la derecha descender rapidísimo, al lado del cortejo, a un joven de bombín y traje que se adivina de un gris no muy oscuro y un abrigo más claro del mismo tono. El personaje apenas dura en pantalla unos instantes, pero los especialistas están casi seguros de que se trata de Proust, a pesar de que el ala del sombrero no permite verle la frente ni los ojos.Aunque hay cientos de fotografías del escritor, esa breve aparición cinematográfica permite por vez primera verlo en movimiento. Esto se convirtió en noticia porque el profesor de la Universidad Laval de Quebec lo publicó y lo puso en línea en la Revue d’Études Proustiennes, con lo cual llegó al gran público. Pero ya en un libro de 2014 la especialista Laure Hillerin mencionaba la película y sugería que el personaje del bombín podría ser Proust. El ensayo de Hillerin*** está dedicado a la madre de la novia, la condesa Greffulhe, por la sencilla razón de que esa señora, según coinciden todos los estudiosos, fue el modelo para el personaje de la duquesa de Guermantes.Cuando ocurrió esa boda todavía faltaban un par de años para que Proust empezara a redactar su obra, y nueve para que se publicara el primer volumen. La razón de su precipitado descenso, en contraste con el movimiento acompasado del cortejo, fue que quería verlo venir desde abajo: el cazador buscaba la mejor vista de su presa; el autor no quería perderse ningún detalle de su materia prima.La crónica en Le Figaro enumera los opulentos regalos hechos a los novios, y entre ellos señala: “M. Marcel Proust, revólver (!) en un estuche pintado por Madeleine Lemaire”. *http://www.lefigaro.fr/livres/2017/02/16/03005-20170216ARTFIG00333-proust-filme-en-1904-le-figaro-racontait-sa-presence-au-mariage-d-elaine-greffulhe.php**https://www.youtube.com/watch?v=51COHIgjbYU*** La Comtesse Greffhulhe, l’ombre des Guermantes, París, Flammarion.