Si los golpes en el boxeo se trasladaran al ajedrez, el equivalente del jab serían los peones; del recto, los alfiles; los volados, las torres; el uppercut, la reina; el boxeador es el rey, jaque mate, nocáut, la obra de arte ha sido completada por el gancho al hígado, el caballo en el ajedrez, que tal vez sea el golpe más elegante, una pincelada que estremece, el boxeador mexicano lo plasma con tal frecuencia que en apariencia parecieran obras iguales; son creaciones irrepetibles, desde el gancho al hígado de Luis Villanueva “Kid Azteca”, eterno campeón Welter nacional de la época de oro del boxeo mexicano, quien fue inmortalizado en uno de los textos del intelectual argentino Julio Cortázar; continuando con los ganchos al hígado de Efrén “Alacrán” Torres, Salvador Sánchez, Julio César” Chávez, por ejemplo. Gancho al hígado, que boxeadores mexicanos conservan como de su propiedad, lo envían con tal maestría y precisión al lugar que ocupa ese espacio, que lo hacen ver de fácil ejecución, como lo hizo en su momento álgido el tapatío Juan José “Goofy” Montes, o decenios antes otros tantos púgiles jaliscienses: Mario “Azabache” Martínez, su hermano Rodolfo “Dorado” Martínez, el “Negro” Óscar Bejines, Alejandro “Cobrita” González, Óscar “Chololo” Larios, Omar “Maestrito” Niño, “Archi” Ulises Solís, entre muchos más. Boxeadores completos, como también lo fueron Carlos Zárate, Lupe Pintor, Rubén “Púas” Olivares, Marco Antonio Barrera y lo es Juan Manuel Márquez, quien con el gancho al hígado, completó la obra para ganarle siempre al filipino Manny Pacquiao. Óscar “Negro” Bejines abre su gimnasio Saludamos a Óscar “Negro” Bejines, hermano de Francisco “Kiko” y David “Galán”, los hermanos de la colonia Morelos, que hicieron época en el boxeo de Jalisco en el primer lustro de los años 1980. Eternos ganadores de los otrora prestigiosos Guantes de Oro, alumnos de “Baby” Franco y Mapy Barajas, mejor conocida como la abuelita Bejines, y quien se erige como precursora del boxeo femenino en México. Óscar Bejines informa que abrió ya su gimnasio, en la avenida Gobernador Curiel y Milano, colonia Morelos, “frente a la casa de mi abuelita. Estaré enseñando boxeo después de las siete de la tarde”. El “Negro”, por su gran clase, se mantuvo un escalón arriba del pelotón que conformó su generación. Boxeador completo, técnico y noqueador, elegante, el mejor de la trilogía Bejines. En esa generación de excelsos tapatíos, también transitó otro boxeador equiparable a Óscar, el “Pelón” Ray Rodríguez, con cualidades similares a las de Bejines, pero de guardia zurda. Ambos se enfrentaron en la Ciudad de México, “lo noquee en cuatro asaltos”, recordó el “Negro”. Y por ahí estaré atisbando.
