Ideas | El Palacio de Gobierno de Monterrey Por: Vicente García Remus 3 de julio de 2011 - 02:00 hs En 1859 se delimitó la “Plaza de la Concordia”. Cuando la visita de Juárez, en 1864, nombró al lugar “Plaza del 5 de Mayo”. Espacio donde se celebraron varias ferias septembrinas, que incluían la fiesta brava. También las carpas de los circos cobraron forma, entre ellas el Orrín. En mayo, se celebraba con pompa, la gloriosa Batalla de Puebla, animada por corridas de toros y peleas de gallos, sin faltar los tradicionales puestos de fondas, de antojitos y de bebidas. Respecto al Palacio de Gobierno, inició en el antiguo colegio de los jesuitas, en el año de 1815, por indicaciones del gobernador Joaquín de Arredondo. Para 1895, el gobernador Bernardo Reyes, emprendió con entusiasmo la edificación del palacio en la referida plaza, el proyecto lo efectuó el ingeniero Francisco Beltrán. La planta arquitectónica fue rectangular, ocupando la mitad norte de la plaza. La obra comenzó el 8 de agosto de 1895, siendo el responsable, Marín Peña. Requirió de trece años acabarlo (septiembre de 1908). El 21 de marzo de 1906, se puso la primera piedra para el monumento del ejemplar licenciado Benito Juárez, el gobernador Reyes pronunció: “Los pueblos que muestran gratitud a los hombres a quienes deben loables servicios, hacen ver que son dignos de los sacrificios que por ellos se impusieron”. La cimentación comenzó a finales de junio, diseñó el arquitecto Alfredo Biles, a principios de agosto llegó la escultura, que fue fundida en Salem, Ohio. El 5 de febrero de 1907se festejó el cincuentenario de la Constitución de 1857 y el nuevo monumento, se escuchó con emoción el Himno a Juárez (de Celedonio Junco de la Vega), cantado por los alumnos de las escuelas de gobierno. El héroe de pie, en su mano derecha un pliego con la frase: “Constitución y Reforma”, y en la izquierda, la bandera tricolor, a un costado, un águila destruyendo la corona imperial. El monumento estaba en el centro de la plaza (jardineras, fuentes y bancas dobles de granito rojo lo alegraban), luego se colocó a la derecha, respecto al palacio. En 1980, la plaza fue nombrada, “Explanada de los Héroes”. Después de admirar las expresivas esculturas de los héroes, nos deleitamos visualmente, con la fachada principal del palacio, de influencia neoclásica. El hermoso pórtico está delimitado por ocho gruesas y altas columnas redondas, y estriadas, con capiteles corintios, el friso, ornamentado y dentado, sobre la cornisa luce una balaustrada con almenas, al centro, un muro curveado, rematado por un frontón triangular, arriba, un pedestal, donde posa una bonita escultura de la Victoria, a cada extremo, una almena. La puerta principal, alta y de medio punto, con un vitral de la bandera nacional, hay tres ventanas verticales y arqueadas por lado, ostentan vitrales de nuestros héroes, creación de Claudio Pellandini. La puerta de dos hojas, abren al vestíbulo, saliente que embellece al edificio. A cada costado del pórtico apreciamos cuatro balcones, una puerta y dos balcones, vanos que se repiten en el segundo piso, cambiando la puerta por balcón, rematados con águilas en relieve. En los extremos, le dieron fuerza a la obra, cautivadoras terrazas salientes, en cada nivel, y sobre la balaustrada, un león. Caminamos por el majestuoso pórtico, y entramos al vibrante palacio, nos dio la bienvenida el amplio vestíbulo, miramos arriba de la puerta el escudo de Nuevo León, con montañas, un naranjo, un león, un templo y una fabrica, abajo dice: “Semper Acendens”, plasmado por Ignacio Martínez Rendón, después vimos los medallones de V. Balero, y las escaleras, que tocan con gracia tres muros. Tres arcos ligan con los cuatro corredores del patio, conformados por columnas cuadradas y capiteles dóricos en el primer nivel, el segundo nos mostró columnas redondas y estriadas, y capiteles corintios. Los arcos fueron escarzanos, con clave en relieve. Recorrimos los fantásticos corredores, mirando las señoriales arcadas, una puerta nos invitó al interesante Museo del Palacio de Gobierno (abrió el 30 de agosto de 2006), iniciamos en la sala “Nuevo León, del Reino al Estado”, con primitivos pobladores, con collares, lanzas y pintados con diversos círculos sobre sus pechos, vitrinas (con documentos, pinturas, esculturas, indumentarias, fotografías y objetos de antaño) sobre los fundadores; el periodo Colonial; el Independiente con su Reforma; el Porfiriato; la Revolución, hasta tiempos contemporáneos, ordenadores con granada información, como los pensamientos de Mier. Después entramos a la sala “De lo prohibido a lo permitido”, Derecho, leyes y reglamentos, que han permitido la armonía del vivir en sociedad, y la galería de gobernadores. Luego pasamos a sala “De súbditos a ciudadanos”, que nos enseñó la importancia de los decretos, leyes y acciones para el progreso, como la actividad industrial, y por último, observamos la sala “Museo de sitio”, que nos mostró el antiguo Congreso, la historia del palacio, y un análisis arquitectónico. El palacio cobijó al Congreso y a la Biblioteca. Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones