Se espera que la Cámara de Diputados apruebe el presupuesto total de mil 084 millones de pesos, con la cantidad a disponer de 743 millones en la segunda etapa, para el desarrollo inmobiliario de la ‘indispensable’ construcción de dos nuevos edificios, sede para el Instituto Nacional Electoral (INE). Y los consejeros, prestos a la obra, han hecho “loving” en los corredores políticos. Pero este oneroso gasto sólo se podrá hacer si los integrantes de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados realizan un fuerte recorte a otras instituciones públicas, descuidando áreas vitales para el cuidado de los mexicanos. Porque de esa cantidad, el INE ya ha gastado 743 millones de pesos del presupuesto 2015, y ahora piden 400 millones de pesos más, lo que significaría quitar pesos del reparto nacional. Es decir, bajar el presupuesto, ya de suyo adelgazado: a las universidades públicas, en un país donde la ignorancia avanza y las posibilidades de formación de la población se reducen golpeando, principalmente, las posibilidades de elevar la competitividad del país.Porque el dispendio de estas construcciones, incluyendo 55 millones de pesos que se gastaron en el concurso del proyecto ganador, recaerán también en el recorte de programas de salud, los que aún hoy, con el presupuesto anterior menos austero, no alcanzan a cubrir las necesidades de la población. Por lo que las campañas contra el dengue son cortas e insuficientes, las diseñadas contra el chicungunya son efímeras, dejando a la población víctima de estas enfermedades totalmente prevenibles. Y el INE, sin esperar luz verde del total del costo de la obra, ya ha empezado a gastar, muy posiblemente para presionar a la Cámara de Diputados, en la construcción de las dos torres de 14 pisos cada una, para su nueva sede de Tlalpan. Acciones que revelan la falta de compromiso del INE, de sus funcionarios, para con los mexicanos, poniendo sus demandas de comodidad por encima de las necesidades de la población.Porque estos no son tiempos de ‘administrar la riqueza’…simplemente porque no hay ni el espejismo de la bonanza de años anteriores. Porque la economía mundial está frenada, la OCDE acaba de bajar sus expectativas de crecimiento, el dólar sigue subiendo y la incentivación económica en México es prácticamente inexistente.Porque un gasto de esta magnitud en un país donde la pobreza aumenta y que tiene profundos problemas sociales que resolver, sólo dice del reparto alegre que desde la Cámara de Diputados se puede hacer, sin considerar en qué país viven.Porque es una vergüenza que el INE, en lugar de solidarizarse con la población, ponga como prioritaria su comodidad, lujos muy arriba de lo que este país puede y debe gastar. Y lo que se implica con esta exigencia es que a más millones se tiene mejor democracia, aunque la realidad en el país compruebe lo contrario. Porque al combate contra la trata de personas, un problema que la población siente con más crudeza, a pesar de la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los delitos en materia de Trata de Personas y Asistencia a Víctimas, y de los compromisos internacionales, ¡no tiene presupuesto! Luego arranca pobre, deficiente y, otra vez, como una gran escenografía sexenal. Recurso indispensable para esta área que bien podría salir de esos 400 millones. Porque se ve mal, muy mal que precisamente el INE, sede y garantía de un buen manejo democrático, sea el que rompa la equidad social, compromiso con la nación que debiera imperar en una verdadera democracia.