Ya ratificamos a los alcaldes, votaron los que tenían que votar, es decir las bases del partido Movimiento Ciudadano y algunos cuantos más. Hubo de todo lo que hay en una elección: acarreos en Tlajomulco y Tlaquepaque, errores en la impresión de boletas en Zapopan (no tenían folio) quejas en Guadalajara. Nada especial, nada que afectara la votación porque no era un ejercicio formal vigilado por el INE. Fueron ejercicios internos organizados por los ayuntamientos y vigilados por los cuates. Todo les salió bien, porque no podía salir mal. La pregunta es qué sigue.El ejercicio, imperfecto y limitado sin duda, puede ser, a la larga, una buena herramienta para que los ciudadanos participen en la toma de decisiones. Cuando se realizaron los primeros ejercicios en Tlajomulco en los trienios de Enrique Alfaro e Ismael del Toro, no existía la reelección. Hoy realmente es un ejercicio que puede carecer de sentido, pues en año y medio vamos a votar, de verdad, si queremos que los alcaldes sigan o no en su puesto. Lo que sí tiene sentido, y eso es lo realmente valiosos del ejercicio, es que los ayuntamientos cuenten con mecanismos de participación ciudadana, no sólo para consulta sobre el desempeño del Gobierno, sino la evaluación y aplicación de políticas públicas y obras que se quieran aplicar en una colonia.El talón de Aquiles del Gobierno de Enrique Alfaro en Guadalajara ha sido justamente su relación con los ciudadanos en la socialización de obras. Hay que evitar el riesgo de una “consultitis aguda”, es decir que toda decisión gubernamental tenga que ser consultada, lo que nos podría llevar a la parálisis absurda pero, si algo ha quedado claro es los primeros años de las administraciones naranjas, es que el gran reto de los próximos gobiernos será la dificultad, cada día mayor, de aplicar políticas públicas y construir obras. Si se entiende bien, esa puede ser la verdadera ganancia de este ejercicio.Para los ciudadanos, lo que sigue después de éste, es exigirles a los alcaldes que cumplan sus compromisos de campaña, esos que ellos propusieron, cacaraquearon y firmaron. No basta con que los hayamos ratificado, lo importante es que rindan cuentas de su desempeño. Para eso tenemos el programa Alcalde Cómo Vamos, un ejercicio creado para evaluar el desempeño de nuestros presidente municipales a través el observatorio ciudadano Jalisco Cómo Vamos, que da seguimiento a aquellas cosas que los hoy acaldes se comprometieron cuando eran ciudadanos en busca del voto.Bienvenida la ratificación. Esperamos la verdadera rendición de cuentas.
