Pues sí, de nuevo por Madrid. Sé que esto causará resquemores en muchos que pensarán para sí mismos, porque no será difícil que piensen “este gordo nunca ha ido para allá” y tendrán razón pero considerarán conmigo que la frase, como la he mencionado, se escucha mucho más sofisticado y no como si hablara a lo tonto, así que insisto en escibirlo como lo hice al inicio.Hay muchas cosas iguales a acá, por ejemplo allá tampoco les creen a los políticos y es increíble lo que se parecen en ambos lados del charco, una característica de España es que permanentemente hay elecciones de algo. Es increíble lo parecidos que son, debe haber un lugar donde los enseñen a abusar, a apoderase de lo ajeno, a mentir, a hablar y a prometer; los partidos son diferentes, las mentiras son las mismas. La ciudad está bastante sucia, justo como la nuestra aunque según El País (30-9-2015) el Ayuntamiento de Madrid tiene 4,312 empleados de limpieza, no sé si aviadores o no, ¿cuántos tenemos aquí? Ahora que hay un nuevo gobierno metropolitano y municipal, del que muchos dicen se trata de pulgas del mismo perro.Pero las ciudades son entes vivos y por ello se modifican, por mencionar alguno la estatua de un oso y un madroño que era representativa de la ciudad y se situaba en una calle de ingreso a la Puerta del Sol, pues no me pregunte cómo, pero actualmente el oso ya está situado a media plaza, no sé si alguien la movió o si el oso se movió por sí solo y además movió al árbol. Tambien movieron la estatua de Colón, que estaba en la plaza que llevaba su nombre y la pusieron a media calle, según algunos para obstaculizar el tráfico que por cierto tiene un nuevo sistema de transporte que estoy seguro les fascinará a nuestras amadas autoridades y no tardarán la forma de tropicalizar la idea de ese transporte que por cierto no sé cómo se llama, pero es un chasis de una especie de tranvía pero que se mueve con la fuerza viva de doce aguerridos ciudadanos pedaleando como si se tratara de una bicicleta y circula por Recoletos cerca del museo del Prado.Lo que sí rebasa mi conocimiento es la cantidad de razas de perro que circulan en esa ciudad, los hay desde perros diminutos (que no sé si puedan ser catalogados como tales) hasta perros gigantescos cuyas razas desconozco, ahora que como la mayoría parecen ser perros reprimidos porque prácticamente todos los traen amarrados y a mí no me agrada que circulen atados, creo en que merecen estar en libertad y no creo que a ellos les guste tampoco, la prueba de ello es que es muy raro escuchar ladrar un perro, esos canas, por el tipo de construcciones de allá jamás tendrán la muy mexicana experiencia de vivir en una azotea como sucede por estas tierras, donde ladran a placer. Puede que siga la próxima semana.
