Esta semana, entre muertos y escándalos, transcurrimos con un compendio de medias verdades, nuevas tradiciones y, por tanto, nuevas costumbres. Cuando yo era niño, se festejaba Todos Santos en Guadalajara y la celebración de los muertos, era más bien una fiesta de la gran Chilangostlán y el centro de la República; por cierto, ya ahora muy modificada por las Catrinas, que tal vez porque es un personaje muy simpático, vino a apoderarse del festejo, haciendo que se olvide toda esa cultura de la muerte que tenían los aztecas y que ojalá no se pierda, pero entre la Catrina y James Bond, ya cambió la fiesta, y tal vez ahora sea una revoltura con Halloween y lo nuestro, que no critico, sino lo entiendo como una nueva visión de las cosas.En lo político, y ante la cercanía de las elecciones, que a mí se me siguen haciendo lejanísimas, nos encontramos con el escándalo de Vega Pámanes, que a mi juicio solo se metió en el enredo y que no sé cómo terminará. Personalmente creo que no supo con quién se puso, pero que es previsible que en un acto de justicia colectiva, sea ejecutado como víctima propiciatoria para satisfacer un poco el enojo social al que están llevando al país.Por otro lado, se discute la aprobación del comisario de Guadalajara, Salvador Caro, a quien deseo reiterar que no juzgo y lo dejo en la fama de la que actualmente goza. Éste defendido por el súperrecontramega alcalde Enrique Alfaro, y al parecer líder en las preferencias para la futura gubernatura, si no es que le queda chico el encargo. Así, el tlatoani municipal afirma que hay un compló de autoridades federales y gobiernos priistas (que él conoce como nadie, por haber sido prominente miembro de dicha agrupación, cuestión que no dudo para nada, puede ser absolutamente cierta). Pero también hay que decir que en este país una gente tan poderosa como es Alfaro, es capaz de conseguir una carta aprobatoria de alguna dependencia y se necesita tener una súper dosis de ingenuidad para pensar, por otro lado, que la calificación fue aprobatoria; tramitada por Alfaro, la calificación iba ser aprobatoria, así pusiera al mismo Satanás a desarrollar la prueba a aprobar.Dicho lo cual, puede ser que el Gobierno federal y los mandos priistas tengan interés en desacreditar al casi inevitable y futuro gobernante, no lo dudo nada, la mentira es el arte de la política perfeccionada, pero, por otro lado, no me trago la aprobación, que hubiera sido quién hubiera sido el candidato, en manos de ese padrino, se iba a aprobar.Si algo tiene Alfaro como político, es un concepto claro de lo que quiere. Simplemente por recordar, cuando él era diputado, que no me acuerdo de qué partido era, él planteó y promovió la conurbación de la ciudad, cuestión que ahora ha logrado plenamente con el Fondo para obras comunitarias y, más recientemente, con la aprobación de una policía colectiva, que en mi opinión no va a servir de mucho, excepto para cuestiones políticas y que entrará en vigor a principios del año que entra.