Continuando con la influencia de los factores

Veamos que con alto nivel de agricultura, es decir, siguiendo una pauta de hacer una agricultura rentable los fertilizantes minerales proporcionan también alto rendimiento de cosecha.

 

Si bien los fertilizantes orgánicos son efectivos en regiones de suelos grises forestales, es cierto también que la efectividad la obtenemos en suelos negros aunque un tanto degradados.

 

La acción posterior de los abonos orgánicos la detectamos tan diversa, como diversos son nuestros microclimas. Para algunas regiones del norte y noreste de nuestro estado un tanto frías y “resecas”, así como también para los suelos poco cultivados, podemos hablar de dosis más altas de abonos orgánicos que para regiones de nuestro sur y sureste de temperaturas más cálidas en donde los suelos se cultivan en mayores periodos de tiempo.

 

En el empleo de fertilizantes es bueno que tomemos en cuenta las condiciones meteorológicas del presente así como de los últimos 10 años. Puede ser que los vientos se presenten con frecuencia y que los resultados de ello, las hojas maduras de árboles y arbustos próximos a las parcelas, estas lógicamente se van a degradar y depositar en el suelo los compuestos minerales metabolizados y, con los cambios de calor y frio, horas luz y cierto rango de humedad en el ambiente producida por neblinas, transformen pues las condiciones en los suelos de cultivo. Asi, la insuficiente cantidad de precipitaciones atmosféricas reduce la eficacia de los fertilizantes nitrogenados en la temporada siguiente pero a la vez, aumenta el papel de los fosfóricos. Si en primavera-verano caen muchas precipitaciones, al siguiente año con seguridad crece la efectividad de los fertilizantes nitrogenados. En condiciones de exceso de humedad las plantas necesitan sobre todo potasio, y en condiciones de heladas o bajas temperaturas que se presentan en muchas regiones de nuestro estado y que son de corta duración, el fosforo es el requerido. Los fertilizantes reducen en un 10 a un 20% el consumo de agua por unidad de producción de cosecha y atenúan la acción perniciosa de la sequia esto lo vemos sobre todo en los orgánicos. Entendamos como unidad de cosecha para llevar números reales de la inversión, lo que se produce en cultivo desde 1 metro cuadrado hasta una hectárea, a partir de lo cual aplicamos el criterio de los números en el desarrollo del cultivo. A su vez, el regadío o el abastecimiento con humedad en su rango de constante contribuye a una influencia más efectiva del empleo de fertilizantes.

 

Un trabajo costumbrista de labor agrícola en zonas un tanto áridas cuyo ejemplo lo tenemos en la zona Ojuelos de Jalisco, Lagos de Moreno, parte de la región de Sayula y también parte de la región de Tenamaxtlan es que la aplicación de un solo abono es lo que se aplica y por lo común fosforo que lo colocan en hileras.

 

Las bajas temperaturas que prevalecen en nuestro medio hasta el comienzo de la vegetación de las plantas son las que más negativamente influyen sobre la alimentación nitrogenada y fosfórica. Lo mismo una temperatura demasiado alta también puede reducir la toma de nutrientes por la planta.

 

La actividad microbiológica la cual se descuida por desconocer de plano, las funciones o el papel que juegan los organismos de la flora microbiana del suelo, así como el mismo descuido en el manejo de la reacción o p H, también influyen sobre la eficacia de los fertilizantes.

 

La aplicación sistemática de abonos altera con bastante rapidez la acidez del suelo, la suma de las bases adsorbidas (no olvidemos que una cosa es absorción u otra muy importante, la adsorción), el grado de saturación con bases, el contenido de potasio y fosforo móviles y muy lentamente, el contenido de humus y la capacidad adsorbente, cuya alteración depende ante todo de los abonos orgánicos.

 

En próxima colaboración daremos un repaso a las condiciones agro técnicas.

 

El autor es productor asesor- consultor Correo ing.sierra@yahoo.com.mx