Por Carlos EnrigueEl Malasangre es un sitio en el centro de nuestra ciudad en el que la primera impresión es que ahí falta todo, excepto talento, pintores, escultores, escritores y hay quienes editan libros con un peso y un poco de su sangre. Debo decir que al desvelar la existencia de este lugar siento que estoy revelando un secreto que no tengo derecho a comunicar. Sin embargo es tanto el talento que he visto que por eso me atrevo a hacerlo, y considero a dónde llegaría este grupo de personas con el mínimo de los apoyos económicos que los gobiernos dilapidan a favor de sus favoritos; aunque del mismo modo temo que, por contaminación, dicha cooperación vulnere la limpieza de los asistentes y rompa ese amor al arte, y si esto se diera, sería mejor mantener pureza y corrupción cada una en su sitio.Fui invitado junto con otras personas a formar un jurado que dictaminaría acerca del resultado final de un concurso de poesía que tenía semanas desarrollándose con eliminatorias semanales y quedaban nueve finalistas, poetas jóvenes, muy jóvenes, que jamás han publicado y que tienen un gran talento. Es evidente que en un certamen literario no puede haber justicia. La poesía no es materia que pueda ser medible. Ni siquiera podemos generalizar el gusto por ella. Por eso he decidido compartir con ustedes algunos fragmentos que me gustaron y espero les agraden.Norma Patricia González Castellanos comparte:“Vivo de luto,/ en conjunto de arrastrados sin perdón,/ sin piedad,/ acomodados en fila para el final.” Y en otro texto: “No eres nada, como el azar, como el enamorado insomne,/ y aún te recuerdo a diario./ Y quizás, solamente quizás, cuando el tiempo se me acabe,/regreses a mí en el esplendor de tus días sin tiempo.”Por su parte la poesía de Alejandra del Toro es lúdica: “Borracha de tabaco duerme como la oruga sobre su nido de narguilé” en tanto que en incendio de lo humano explote “Trompetas que nos platiquen/ la eternidad/ hilos de ventisca/ emergiendo de flautas/ que danzan al ritmo/ del sol/ pianos ejecutando/ partituras imposibles/ para confiar en trascender/ poetas que compongan letanías/ para saciar la necesidad/ del espíritu.”Anna Estela Cruz Berandez descarga imágenes que impregnan sin telón. “Supe que no había ningún rostro que pulir;/ entendí que Eneas era hombre/ y por tal, conflictivo/ comprendí que su amor por Dido, / solo podía ocurrir entre los muertos,/ porque lo que muere en vida/ no se remedia,/ ni siquiera con la muerte misma”. Y en otro fragmento: “Somos fisuras…./ Fisuras en los espacios entre boca y ojos/ frente y frente/ entre cuerpo y cuerpo/ entre letra y letra.”Laura Paola Jiménez nos lleva a su mundo de lenguas extranjeras que desconocidas nos integran al texto que emociona. “Daran bin ich DaranKunst (por ello soy yo el arte)/ Y me reconforto entre las letras de mis letras/ dime todas las letras que quieras, todas son ella/ todas soy yo/ Soy la palabra pintada de letras,/ soy la vuelta que nunca giró/ soy el verde de Federico,/ la mujer cronopio/ el hipertexto de Umberto/ la vera de aquel actor,/ soy la poeta maldita de un retratista/ soy la Nínfula Noctámbula más allá de la calzada/ soy la mala sangre que bebe whisky tres veces destilado… / Soy yo, la extranjera en la ciudad que me dio las letras.”Mariana Ayón nos enfrenta a un mundo en que el hombre se desgaja: “La tierra de Brooklyn está que arde,/ y es que tenía 16 años cuando le tiraron,/ nos manifestamos,/ pero nos quemaron los ojos con spray pimienta,/ se me calentó el ombligo con ira/ y quise encender mi voluntad,/ ¿cómo les explico que soy demasiado intensa?/ son apenas las cuatro de la tarde,/ y ya me han chequeado los bolsillos cerca de cuatro veces,/ looking for drugs,/ for guns,/ because they are just trying to divide us,/ nos criminalizan./ Dicen que mi apellido tiene la maldición de mi raza,/ y es nuestra la sangre que se tira en las calles,/ es la que está presa…”“Entre tu boca y mi boca/ hay tres mentiras de distancia/ trémulos con ignominiosos acentos/ esperando la tregua que nos desande el amor.Entre tu mentira y mi mentira/ sobreviven tres bocas denostadas/ que entretienen en burdas quimeras/ a la tercera persona del plural”. Así desarrolla sus ritos Luis Enrique Quintero y concluye su Abulia estableciendo: “Hoy escapé, por lo menos eso espero, no tengo un espejo para reflejar la indiferencia”.Nicanor Arenas Bermejo muestra: “y vuelvo a la tierra/ mi carne infecta/ será como siempre hubo sido/ descreo esta calma aparente/ regreso sin carne a la escoria/ y somos acaso la bruma”, y expone, “a cuestas llevamos historias/ la pálida voz de unos ecos/ lloramos de tanto fastidio/ y todo deviene en nada/ pues somos la sola ficción”.Arehf Palación entona una letanía casi hipnótica. “¡Santa muerte!/ que nunca llegas cuando se te está esperando/ y que vienes antes de que te llame/ ¡Santa muerte y tu estatuita!/ ¡santos remedios chamánicos y herbolarios!/ ¡Santa brujería que eres el último remedio de los creyentes!/ ¡Y santos creyentes!/ que luchan y se desviven/ por conseguir algo que está fuera de esta vida/ que en algún momento ansían la muerte/ para comenzar a vivir/ ¡santa fe!/ que no puedes explicarte a ti misma/ que miles de millones te sienten y te saben/ y los torturas con pruebas/ y les das mierda cuando te piden besos.”Adrián Esparza se cuestiona: “Aquí, con la duda rota entre las manos, que pregunto./ ¿Es la muerte trozo,/ fragmento,/ pequeñez,/ gota minúscula/ en la terrible frontera marina que la contiene?/ ¿Es el adiós/ solo la pequeña semilla de la muerte?/ ¿Es la vida/ el fragmento arrancado/ de algo más grande?.” Para en otro poema afirmar: “Se disuelve todo./ La distancia es un ácido,/ es la lágrima que llora un ojo de arena/ y que borra el parpado y la pupila./ El ojo que llora se borra a sí mismo/ tal cual el pie que anda se va dejando atrás/ va haciéndose a un lado para seguir avanzando.No hay dos lágrimas en un mismo ojo,/ ni dos huellas en el mismo pie./ Todo cambia”.Son pequeños fragmentos que a mí me parece contienen mucho talento y los comparto con ustedes.