Las relaciones entre México y Cuba se han formado de capítulos por demás interesantes, desde la época virreinal hasta el Siglo XXI se han conformado lazos de amistad e interés.Ahora que Raúl Castro realizará una visita oficial a nuestro país, podemos decir que se inicia una nueva etapa en esta relación. Es nueva no sólo porque se pretende relanzar los vínculos que se enfriaron durante los gobiernos panistas y especialmente luego del desaguisado del ex presidente Vicente Fox con Fidel Castro.Más allá de que el Gobierno de Peña Nieto se ha esmerado en fortalecer de nuevo los vínculos, la realidad geopolítica cambió radicalmente en los meses recientes. El restablecimiento de las relaciones Cuba-Estados Unidos, los cambios internos en la isla, y el impulso económico que se cierne, hacen necesario que México tome una posición estratégica.No es casualidad que las tradicionales inversiones mexicanas en Cuba hayan sido desplazadas por capitales españoles y brasileños en los últimos años, y que las relaciones políticas de Castro con las naciones de Sudamérica hayan cambiado.Ante el aislamiento de Venezuela y su cada vez más profunda crisis, la mediación cubana en el conflicto colombiano, el papel de la Iglesia católica en la agenda geopolítica de la región, México debe asumir el papel que le corresponde como potencia emergente en el Caribe. Por eso, la visita oficial seguramente tendrá una agenda esencialmente económica de cara a las potencialidades de desarrollo en ambas naciones. En ese sentido vale la pena recordar que tradicionalmente había sido Pemex una empresa amiga en Cuba hasta la llegada de Chávez, que se convirtió en el proveedor de petrolíferos.El tema petrolero estará seguramente presente, no sólo por la recuperación del comercio petrolero, sino porque ahora Cuba y México comparten, junto con Estados Unidos, una zona de potencial explotación petrolera en el Golfo de México, denominada el Hoyo de Dona. Y habrá que decidir cómo y cuándo se puede explotar esa riqueza con la participación de las tres naciones.También es estratégica la interacción de los intereses mexicanos en el turismo en la zona, dada la experiencia y capacidad de nuestras empresas, que pueden convertirse en inversores de alto perfil en el sector.Los vínculos entre la Península de Yucatán y Cuba deben intensificarse para generar sinergias comerciales, logísticas e industriales que permitan beneficios mutuos.Los productos, hay cantidad de industrias que pueden desarrollarse de forma conjunta en el campo agroindustrial y en los servicios, el fortalecimiento de la infraestructura en la isla es también una oportunidad en donde pueden formarse alianzas que generen valor compartido.Y por supuesto la apertura significa también riesgos en materia de seguridad que deben ser abordados para intercambiar información estratégica. Seguramente veremos una reunión de presidentes que implica el iniciar una nueva etapa en la esperamos ver a muchos más cubanos en México y más mexicanos en la bella isla del Caribe, porque curiosamente una de las sinergias de mayor potencial es el intercambio educativo, tecnológico y profesional.