Quiero retomar algunos detalles sobre el injusto aumento a la tarifa del transporte. Me parece interesante que prácticamente sólo hay que retomar las notas de cuando el transporte subió a seis pesos para ver que se trata de lo mismo; es decir, una vez más no se han cumplido los compromisos previos adquiridos ni se discutió una palabra sobre los mismos: horarios claros mostrados en las paradas, baños para los conductores en terminales, unidades limpias y dignas con acceso para personas con capacidades diferentes, sistema de prepago, integración tarifaria, transbordos, actualización de unidades, capacitación a choferes, etc. Una vez más, a pesar de que no se cumplieron los compromisos acordados en 2009 para el aumento a seis pesos, se vuelve a acordar otro aumento y no hay ninguna sanción por incumplimiento, es más, ya ni siquiera se toca el tema, hay aumento porque hay aumento y punto. Incluso los transportistas tienen los tamaños para decir que siete pesos no son suficientes para garantizar mejoras, así que probablemente el servicio empeorará. Sin embargo, por más que le busco yo no veo dónde están las pérdidas y por qué no ajusta, ya que tomando como base los datos que da el Centro Estatal de Investigación de la Vialidad y el Transporte (CEIT), que estima (con datos de 2008) que en Guadalajara se realizan 9.7 millones de viajes al día, de los cuales 29% son en transporte público, es decir, al menos dos millones 832 mil 400 viajes diarios, que multiplicados por seis pesos del costo del pasaje en ese entonces da un ingreso bruto de 16 millones 994 mil 400 pesos. De acuerdo con lo reportado por los transportistas, su margen de utilidad se ubica aproximadamente en 15%, es decir, dos millones 550 mil pesos de utilidad diaria, y ahora con el peso extra estamos hablando de otros dos millones 832 mil 400 pesos cada día. Entonces se trata de un asunto de voluntad política y no de centavos. Estos números me permiten afirmar que si no hay prepago, unidades limpias y con acceso para sillas de ruedas, horarios establecidos y en general un servicio mínimamente decente, es porque los transportistas no quieren y el Estado es incapaz de llegar a acuerdos que beneficien a los ciudadanos porque están ocupados en hacer negocios. Una verdadera lástima que así sigan las cosas y que Guadalajara no cuente con un sistema de transporte digno, y como dijo Don Teofilito...
