Viernes, 26 de Julio 2024

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Aprovechados

Por: Gabriela Aguilar

Aprovechados

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Detectar el nuevo gasto en el bolsillo familiar y personal será para muchos una labor que durará semanas, debido a la complejidad que puede significar, pero también por el abuso que comete más de algún comerciante en lo que el consumidor se habitúa a los cambios, lo que pone a prueba nuestro interés como ciudadanos en estos temas.

Le explico con un detalle sencillo: el pasado primero de enero, los empleados de una panadería del Centro de Guadalajara cambiaban los precios de cada tipo de pan, el cual —en su modalidad dulce— aumentó ocho por ciento. Modificaban la cifra un peso en promedio, y en dos, tres, hasta cuatro o cinco pesos, aun cuando el producto fuera salado. La respuesta que me dieron fue simple: “si no aprovechas este tiempo para aumentar tu precio en la mayor cantidad de productos, después la gente difícilmente lo acepta”.

Argumento que decepciona a cualquiera porque por más que las autoridades justifiquen su proceder en este tema, la realidad es que el golpe al bolsillo se da por partida doble: el primero lo hace la parte oficial —el Gobierno—, y el segundo, la misma gente al frente de un negocio o servicio que emprende acciones ventajosas para aprovechar que el aumento de precios es un tema actual, todos se quejan y no hay manera de oponer resistencia.

Ayer, especialistas en economía informaban que serán 850 pesos en promedio, el aumento al gasto corriente mensual de los mexicanos, lo que modificará su patrón de consumo.

La cantidad mencionada me parece discreta para lo que en realidad pudiera ser —insisto— si se considera el aumento “pirata” que algunos ya practican.

Los positivos dirán que para eso están entidades que vigilan y sancionan como la Procuraduría Federal del Consumidor. No, aquí va más allá de eso. La imprecisión en la información de los aumentos, desde la propuesta hasta su aprobación, las modificaciones y los decretos presidenciales, causaron este mal en donde la ciudadanía paga las consecuencias.

Las mismas empresas involucradas en estas alzas enviaron misivas hasta dos semanas antes a sus clientes del panorama que entraría en vigor a partir del uno de enero, sin esperar modificaciones oficiales de última hora —que también se sabía— pudieran darse por ejemplo, el decreto presidencial del 24 de diciembre que a modo de regalo navideño aligeraba los impuestos de varios sectores.

Hasta algunos contadores también aplican la ventaja de la información para aumentar sus honorarios por las “grandes modificaciones” fiscales que representan en su trabajo. Así que ya lo sabe, más sorprendidos no podemos estar con las aprobaciones que ya afectan el bolsillo, si detecta negocios o prestadores de servicios abusivos, usted mismo también aproveche a cambiar y buscar otros lugares que de verdad contribuyan a suavizar la inevitable carga fiscal.

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