Todos deberían leer el gran reportaje “Anatomía de una masacre” escrito por la periodista estadounidense Ginger Thompson, reportera senior en ProPublica y ganadora del premio Pulitzer. Thomson contó con el trabajo de reporteo e investigación de Alejandra Xanic, la estupenda periodista mexicana, también ganadora del Pulitzer (liga al reportaje: https://www.propublica.org/article/allende-zetas-cartel-masacre-y-la-dea).“Anatomía de una masacre” cuenta la terrible historia de la venganza de los líderes Zetas en contra de lugartenientes suyos que supuestamente los traicionaron. Los días 18 y 19 de marzo de 2011, los Zetas ordenaron el envío de un comando de decenas de sicarios en 50 camionetas que llegaron al centro del pueblo de Allende, Coahuila, localidad de 23,000 personas, a media hora de la frontera con Estados Unidos.En ese operativo, se secuestró, desapareció y asesinó a decenas de personas. No sólo eso. Los Zetas ordenaron la invasión y destrucción de casas, negocios y ranchos de familiares de sus supuestos traidores. Las personas secuestradas en Allende esas 48 horas de terror, fueron llevadas a un rancho cercano al pueblo y se presume que convirtieron el almacén en un incinerador de cadáveres. Los testigos de esa noche trágica recuerdan las grandes llamas que salían del rancho. Los bomberos fueron llamados para apagar el “incendio” que en realidad era un horno crematorio; los sicarios les ordenaron retirarse. Así lo hicieron los bomberos: “No podíamos responder a las balas con agua”, contó el ex jefe de bomberos. Según cifras oficiales, que nunca han investigado a fondo la masacre, en Allende hubo 28 personas asesinadas, otras versiones hablan de hasta 300 personas. En el reportaje de Thompson y Xanic, se contabilizaron al menos 60 muertos.Allende es una de las grandes tragedias que han ocurrido en esta guerra que tenemos en México y que apenas vamos conociendo. Como su nombre lo dice, el reportaje es una anatomía de esa masacre, pero es al mismo tiempo una anatomía de la guerra y del narco-Estado que tenemos en México.Para empezar, el operativo de venganza de los Zetas ocurrió a plena luz del día y en el centro del municipio. Una de las casas donde se secuestró a personas y se destruyó la finca, está frente a la presidencia municipal. El gobierno municipal se enteró, pero no hizo nada, dicen que por temor. Los pobladores hicieron más de 250 llamadas ese día para reportar el operativo de los Zetas: ninguna autoridad acudió a ayudarlos. Ni el Gobierno del Estado ni el federal fueron a evitar la masacre, al contrario, supieron de ella y la protegieron.En este reportaje se cuentan los detalles de esta masacre, pero también cómo los Zetas tenían controlado el pueblo y la región; se cuenta cómo los mandos Zetas se enteraban de operativos militares o de la policía federal una semana antes de que se echaran a andar; de cómo por temor o por estar compradas, las autoridades les dejaban hacer y pasar. Es una anatomía del narco-Estado y de cómo este capitalismo criminal y mafioso que tenemos cambia las nociones de soberanía política: en Allende y en Tamaulipas mandaban los mandos Zetas, coludidos con los poderes públicos y los grandes empresarios de la región, mostrando esta trilogía de poderes-capital-criminales que gobierna ahora México.
