MC dice sí pero no; en el PAN unos quieren y otros la rechazan; al PRD le urge una alianza que le dé vida, pero sobre todo sentido; el PRI ha aprendido que en una elección cerrada tres puntos de un aliado valen oro. PT, Verde, Panal y toda la red de partidos rémoras que aparecen y desaparecen cada elección no saben vivir de otra manera. Las alianzas son ya parte de la normalidad democrática mexicana (que, dicho sea de paso, tiene muy poco de normal). Más aún: lo único seguro en 2018 es que habrá alianzas, la pregunta es quienes serán esos nuevos compañeros de baile.En el caso de Jalisco, a MC es a quien menos le conviene una alianza. Juntarse con otros partidos, sea PAN, PRD o incluso el Verde, le aporta muy poco y le cuesta mucho en términos de imagen, no digamos de compromisos. Sin embargo, si se excluyen de la alianza nacional, corren dos riesgos: el primero es la pulverización del voto antiPRI, que se reparte entre todos los partidos de oposición, y segundo, que la campaña federal termine dándole vida a partidos que hoy se ven muertos en Jalisco, como PAN y Morena.“La alianza será con los ciudadanos y no con los partidos”, plantea MC. Es una buena retórica, pero en la práctica no significa nada. Una alianza con los ciudadanos significaría que le presten su registro a un candidato ciudadano. Aunque no quieran o les guste jugar a que no lo son, MC es un partido, actúa con lógica de partido y jugará con las reglas de los partidos, no con la de los candidatos ciudadanos. La alianza, con quien la haga, será pensando en el registro, en las posiciones en las cámaras, en los posibles triunfos locales.Sin embargo, a quien más afecta la indefinición es sin duda al PAN, porque ellos no tienen candidato. Si no hay alianza con MC tendrán que buscar debajo de las piedras a un candidato que pueda ir en alianza con el PRD (esto descarta a toda el ala radical del panismo, que es bastante grande) y que quiera competir en una elección en la que, si bien no está definida, la ventaja que tiene el alcalde Enrique Alfaro es enorme. Será pues muy difícil que encuentren alguien con ganas de meterse a la jaula del león.Pero más allá de nombres, la pregunta de fondo es cuál es el proyecto de Estado que propone una alianza, sea con Alfaro a la cabeza o sea contra Alfaro. Esa discusión está ausente en todos los partidos. No hay nadie debatiendo pública y abiertamente cuál es el proyecto para Jalisco, cuáles son los grandes temas y cómo enfrentarlos; de qué diagnóstico se parte. ¿De verdad comparte PAN, PRD y en su caso MC una visión del Estado y sus problemas? Me temo que no, pues ni siquiera han sido capaces de definirlos.Toda alianza nace de la voluntad política, pero no basta; requiere contenido.
