Hace unos días tuve la oportunidad de conocer las instalaciones, el personal y la organización que labora a favor de niños y jóvenes con discapacidad a través de una Institución filantrópica bautizada con el singular pero significativo nombre de “Albergue Infantil la Casa de Jesús y de María” de donde se deriva: ALCAJYM, nombre con el que se la tiene registrada ante todas las Instituciones oficiales correspondientes; registros que dada sus obligaciones garantizan la confiabilidad del asilo.He conocido varias Instituciones, todas ellas ejemplares, sin embargo esta me llamo la atención por la inspiración de su origen: atender a niños y jóvenes con discapacidad intelectual, principalmente la causada por el Síndrome Down con una visión altamente humanitaria: preferentemente aquellos chicos que han sido abandonados por sus padres o bien reciben maltrato, físico y/emocional dentro de su hogar, sobra decir que las condiciones económicas de esos chicos referentes a poder pagar alguna cuota en ese o cualquier otro albergue son absolutamente nulas.El matrimonio que inicio con este loable proyecto, armado por Ana Elsa Bustamante actual directora y su esposo Jaime Plascencia Gamboa principal fundador, estuvo inspirado por un hijo de ellos con Síndrome Down, convirtiendo su hogar a base de remodelaciones consecutivas en lo que ahora es un limpio y digno albergue que por cierto sirve como testimonio de alguna de las misteriosas tareas que ejercen con asombrosa puntualidad las personas con discapacidad, ese colectivo que históricamente se ha dicho que “no sirven para nada”, ya lo decía Mahatma Gandhi: “creo en el poder del pensamiento más que en el de la palabra”. Es verdad las personas con discapacidad intelectual en su mayoría no hablan, pero su aroma espiritual infunde la generosidad.ALCAJYM, convirtió en una institución excelentemente altruista que cuida, atiende y educa a más de 20 chicas y chicos cuya deambulatoria vida los tenia arrumbados en los sótanos de la desesperanza, pero que a pesar de su condición de desamparo nunca doblegaron sus esperanzas, esperanzas que son el flujo de la vida, vida que ahora está plena de felicidad; en pocas palabras ninguna desdicha los doblego.El ejemplo de inclusión que nos otorga ALCAJYM cumple además con una deuda histórica que todos tenemos con este colectivo, iniciativa digna de imitar, tanto por el sector gobierno como por la propia sociedad. Es importante que dejemos de pensar que las personas, con discapacidad son seres irreales a las que con argumentos contradictorios y posturas inexactas se les relega negándoles cualquier tipo de oportunidad. Es necesario que enfrentar la problemática de la atención de los diferentes colectivos de personas con algún tipo de discapacidad requiere de adoptar posturas más combativas y mayormente críticas, eso sí, privilegiando la moral social por encima de beneficios materiales o lucimientos personales.ALCAJYM se convirtió en una gran “familia” con 20 hijos, por el momento, que desayunan, comen, cenan, asisten a la escuela, visten, calzan, juegan y socializan ah, también se enferman y los asiste un médico. Hasta ahora y después de 6 años de intensos trabajos ningún obstáculo los ha doblegado.Me atrevo a sugerir al lector que conozcan las instalaciones de esta honorable institución, su domicilio es Santo Tomás de Aquino 4937, Colonia Jardines de Guadalupe, quizás conviviendo con todos los habitantes de este ejemplar hogar su corazón mueva a su bolsillo. Será una experiencia que nutra el espíritu de amor y así dejemos de usar las máscaras que nos ponemos para ejercer la “filantropía”.
