Uno, de visitante, fue luz; otro, en su casa, fue sombra… * La condición de invicto que mantuvo el Guadalajara durante las primeras cuatro fechas del Torneo de Clausura, sirvió para que algunos echaran a vuelo las campanas con excesiva premura. Fueron los autores de una frase que se estuvo repitiendo, como sonsonete de cancioncilla de moda, durante toda la semana: la aseveración de que las “Chivas” mostraban empaque, no sólo de aspirantes, sino, de plano, de campeones. La realidad, el sábado, puso en su lugar a los rayados… Mientras pudieron preservar el cero atrás, santo y muy bueno. En cuanto, como consecuencia de errores individuales y desaciertos colectivos, cayeron los goles del Cruz Azul, aparecieron, resplandecientes, las consabidas limitaciones del “Rebaño”: la falta de creatividad en el medio campo, lo que condena a Márquez Lugo, Fierro, Bravo y de Nigris a morirse de hambre —metafóricamente hablando— por falta de balones. Y, en consecuencia, a la paradoja de que un equipo al que le sobran los atacantes, le falta, precisamente, ataque. * Por lo que hace al “reencuentro” de los rojiblancos con sus simpatizantes —consecuencia, supuestamente, del cambio de fecha y horario—, habrá que ver, cuando los rivales sean Querétaro, Jaguares, Puebla y anexas, si se repite el espectáculo del casi lleno en un estadio que compensa el confort que ofrece a los espectadores, con las penurias que hay que pasar para llegar y salir de él. * El Atlas, en tanto, confirmaba, como visitante del Pachuca, la mejoría que había apuntado una semana antes, cuando perdió, en casa, ante el América. Reconciliado con la disposición de ánimo y con la solvencia defensiva que fueron sus puntos fuertes en el Torneo de Clausura de la temporada anterior, al pelotón rojinegro le bastó con un golecito (uno de los dos que Villar quedó a deber en el partido contra el América), para sacar el resultado que, combinado con la previsible derrota del Atlante ante los Cremas, vuelve el alma al cuerpo a los devotos de la causa. * (La semana pasada, por cierto, el dueño del Guadalajara reconvino públicamente a los actuales dirigentes del Atlas, “porque parece que quisieran que el equipo descendiera”… No se sabe si encontró a vuelta de correo la respuesta a la medida: la de las coplas jarochas del son de María Chuchena: “Cuida tu casa… y deja la ajena”).
