“Desangelado”, fue uno de los epítetos más amables que los “expertos” dedicaron al “Clásico” del miércoles en el Estadio Jalisco.“Desangelado”, por definición, significa “falto de ‘ángel’, gracia o simpatía”.Honestamente, no fue el caso...* Es cierto que la concurrencia —poco más de 35 mil aficionados: algo más de la mitad del aforo del inmueble— se quedó muy por debajo de la que ordinariamente provoca un duelo entre los dos tradicionales cuadros tapatíos. Donde otras veces falta estadio, esta vez sobró.Influyeron en el relativo desdén de los potenciales espectadores, por supuesto, las recientes derrotas del Atlas ante Jaguares y del Guadalajara ante Dorados, respectivamente. Influyeron las críticas en el sentido de que los modestos resultados coleccionados por los dos equipos, eran prueba inequívoca de su mediocridad. Influyeron asimismo las fanfarronadas de dirigentes y jugadores, todavía hasta hace dos o tres semanas: su discurso de que ambos tenían la “poca de gracia” necesaria para llegar a la “liguilla” y aun para hacerlo como serios aspirantes al título, y que sólo les faltaba la “otra cosita” que, al final de cuentas, no llegó.*Sin embargo, debe reconocerse que el partido, como tal, superó ampliamente las expectativas que se habían alimentado... La agresividad (bien entendida) de los dos equipos, que se tradujo en las varias aproximaciones de gol que ambos elaboraron en el primer tiempo, y el ardor con que se siguió luchando en la etapa complementaria —aunque lo que sobró de bravura faltó de futbol en ese lapso—, más el hecho de que la victoria fuera del equipo que más empeño mostró para lograrla, dejaron la sensación de que, al final del cuento, el partido valió el boleto... y de que, como establece la máxima suprema del deporte, ganó el mejor.*Dicho lo cual, sólo resta esperar que esta noche, el primer compromiso formal de la Selección Mexicana dentro de la eliminatoria mundialista, con un técnico recientemente incorporado —Juan Carlos Osorio—, a quien se encomendó una tarea que a varios entrenadores mexicanos (Miguel Mejía Barón, Enrique Meza, Hugo Sánchez, Chepo de la Torre, Luis Fernando Tena, Víctor Manuel Vucetich, en menor medida Miguel Herrera...) se les ha complicado sobremanera, se desahogue con el triunfo, porque el rival en turno —El Salvador— llega a la cita bastante disminuido..., y, además, si no es demasiado pedir, con un desempeño convincente.
