El dinero que se debe, se tiene que pagar. Eso no tiene vuelta de hoja... Lo que menos importa es si se trata de la deuda de un honesto y esforzado jefe de familia, para solventar un crédito del Infonavit, que si es el caso de un Estado —Jalisco, digamos por ejemplo— que convirtió en su prioridad número uno echar la casa por la ventana para cumplir el “compromiso” internacional de hacerse cargo de los Juegos Panamericanos... -II- Un “compromiso”, por cierto, que no le cayó del cielo al Gobierno de Jalisco... como sí le cayeron, en su momento, pongamos por caso —designios inescrutables del destino—, los derivados de las explosiones en el Sector Reforma de Guadalajara. Los derechos de autor por la calentura de solicitar la sede de la versión tercermundista de los Juegos Olímpicos, corresponde a de las primeras autoridades municipales panistas de la ciudad; las implicaciones económicas de la aventura para el Estado de Jalisco en pleno —lo mismo que el costo político para los vividores de la política emanados del Partido Acción Nacional—, fueron la consecuencia inevitable de la convicción de que los cacareados Panamericanos de Guadalajara eran demasiada pulga para tan poco perro. (Como se dijo cuando la Odepa otorgó la sede para la edición del 2011 a Guadalajara, Jalisco se había sacado el tigre en la rifa). -III- Aferrados, reacios a la autocrítica (los gobernantes de extracción panista resultaron, en ese aspecto, versiones corregidas y aumentadas de sus antecesores de cuño priísta), los responsables de que las cuentas de los Panamericanos salieran mochas, como ahora se está viendo, aseveran que “las instalaciones deportivas que se construyeron, ahí están”... Y sí: al margen de que varias de esas instalaciones se encuentran semiabandonadas o subutilizadas, condenadas a la ruina gradual, también “ahí están” los baldíos en que se convirtieron los predios aledaños al Parque Morelos —adquiridos a precios de capricho por el Ayuntamiento de Guadalajara... y abandonados por un capricho de Mario Vázquez Raña— en que se proyectó inicialmente construir la Villa Panamericana. Y “ahí está”, convertido en perenne, atroz pesadilla, el inhabitable complejo de edificios construidos en “El Bajío”. En cuanto a la peregrina aseveración de que “los beneficios económicos de la ‘Fiesta Continental del Deporte’ para Jalisco se verán en el mediano y largo plazo”, es probable que se quede, por los siglos de los siglos, en el limbo de los buenos deseos...
