- "Calenturas"

Una vez que desistió -por respetabilísimas razones- de su afán de buscar la presidencia municipal de Zapopan, Diego Monraz Villaseñor está disponible para una vacante que pudiera presentarse, por ejemplo... en la Real Academia de la Lengua.

 

-II-

 

Dice bien el aún secretario de Vialidad y Transporte en Jalisco: es impropio denominar "operativos" a los operativos -la redundancia es deliberada- que realiza la dependencia para agarrar a todas las gallinas que se han salido del huacal y han decidido pasarse por el arco del triunfo -metafóricamente hablando- cuantas normas y reglamentos de Tránsito existen. Pueden ser carruseles, campañas, volantas o calenturas intensivos de aplicación draconiana de la ley, verbigracia, o cualquier otra cosa, pero nunca, jamás, de ninguna manera -al menos mientras se pretenda que el español siga siendo el idioma oficial en este país-, "operativos". Y es que, para empezar, "operativo" no es sustantivo sino adjetivo. (El vocablo se aplica a aquello que obra y hace el efecto deseado; una purga, por ejemplo).

Pueden ser "calenturas", decíamos, porque las invenciones que en nombre del estricto cumplimiento de las disposiciones viales se han aplicado por dos días consecutivos en el primer cuadro de Guadalajara (falta uno todavía, si va a cumplirse la regla de que "no hay entusiasmo tapatío que dure más de 72 horas"), debieron haberse cumplido desde el primer día del ejercicio del actual secretario del ramo, y del anterior, y de todos los anteriores, hasta donde la memoria o los registros históricos alcancen. ¿O no es verdad que Monraz (y antes Verdín, y antes Montelongo, y antes Hernández Quintero, y antes Camacho, etc., etc.), al asumir como titulares de la dependencia, "protestaron" "cumplir y hacer cumplir las leyes, bla, bla, bla...", y que del primero al último día de su desempeño cobraron puntualmente su salario y las "compensaciones de ley" adicionales, como si hubieran cumplido con lo que se comprometieron a hacer...?

 

-III-

 

Cumplir la ley (respetar señales de tránsito, preferencias y límites de velocidad; acatar la obligatoriedad del uso del cinturón de seguridad y la prohibición de hablar por teléfono celular mientras se maneja, etc.), por parte de los ciudadanos, y hacerla cumplir, por parte de la autoridad, no resolverá, como por ensalmo, los graves problemas que en materia de vialidad confronta la pomposamente denominada "zona metropolitana de Guadalajara". Pero sí los aliviaría, sin duda... Así que, cuestiones de semántica aparte, ¡que vivan -y que sigan- los operativos!