Martes, 22 de Octubre 2024
Entretenimiento | Las exposiciones que se dan en todo el mundo con obras de Picasso, Goya, Van Gogh, Frida Kahlo, son aseguradas por muchos millones.

La empresas aseguradoras son las que más ganan con el arte

Grandes sumas llegan a las aseguradoras por el montaje de exposiciones o cuando los museos buscan proteger su patrimonio

Por: EL INFORMADOR

MÉXICO.- Detrás de las grandes exposiciones de arte que se realizan en todo el mundo hay unas magnas ganadoras: las compañías aseguradoras. Sólo por dar un ejemplo, de los 15 millones 200 mil pesos que se invirtieron en la exposición Frida Kahlo, Homenaje Nacional, realizada el año pasado en el Palacio de Bellas Artes, por concepto de seguros se pagaron 6 millones 380 mil pesos, es decir, más de 40% del costo total.
Y es que en el mundo del arte nombres como Picasso, Goya, Monet, Gauguin, Van Gogh, Renoir, Manet, o Frida Kahlo, Diego Rivera, Rufino Tamayo y Roberto Montenegro, son equivalentes a grandes sumas de dinero.
Aparte de que se adquieren seguros ante el préstamo de obras y para prevenir imprevistos como robo, deterioro de las piezas o accidentes en el transporte, otra clase de pólizas se compran para salvaguardar el patrimonio.
En el caso de México, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), que tiene bajo su resguardo un acervo de casi 59 mil obras artísticas, que incluyen pinturas, esculturas, cerámicas, arte objeto, arte popular, textiles, murales, obra gráfica e instalaciones, las ha asegurado bajo una póliza múltiple integral que tiene un costo anual al erario de 3 millones 85 mil, 235 pesos, según cifras de 2007.
Ante los riesgos de daños por siniestros como inundaciones, incendios, terremotos o por los robos como el que sucedió recientemente en un museo de Suiza, en el que un comando armado hurtó cuatro pinturas valoradas en más de 160 millones de dólares, las compañías aseguradoras se han convertido en “las indispensables” en el mundo del arte. En ocasiones adquirir una póliza hace que se vuelva secundario mejorar de manera constante las medidas de seguridad en museos para evitar un hurto.
Aunque el robo de arte moderno no es un problema frecuente en México, otra historia se cuenta allende las fronteras: el caso de Strindberg y Eduard Munch en el norte de Europa, el Picasso hurtado en São Paulo; el Francisco de Goya perdido y recuperado en Estados Unidos, estos y otros ejemplos se enmarcan en un contexto mundial del aumento de la demanda en el mercado artístico.
“Siempre existe el peligro de un robo, pero para eso se toman diferentes medidas de seguridad”, dice Carlos Phillips Olmedo, director del Museo Dolores Olmedo Patiño, recinto que alberga 145 pinturas de Diego Rivera y 26 de Frida Kahlo, los dos artistas mexicanos mejor cotizados en el mercado del arte.
En este momento, 11 obras de Frida Kahlo propiedad del acervo Dolores Olmedo están prestadas a instituciones culturales de Estados Unidos y viajan con un seguro que cubre daños hasta por 87 millones de dólares. Cuando se presta la colección completa de “Fridas”, el seguro rebasa los 100 millones de dólares, según dice Carlos Phillips Olmedo.
Extreman medidas de seguridad
“Ningún museo en el mundo tiene totalmente asegurada toda su colección, ¡sería una locura! Sólo hay que imaginar cuántos millones de euros tendría que pagar anualmente el Museo de Louvre. Lo que hacemos es determinar riesgos y decidir si esos riesgos se pueden cubrir por 100, 200 ó 300 millones de dólares, pero eso determinará el precio que hay que pagar por el seguro”, precisa Phillips Olmedo.
La cantidad con la que Bellas Artes asegura su colección le cubre de que en caso de ocurrir algún daño al acervo, la institución puede presentar una reclamación de hasta 500 millones de pesos, por unidad o por evento, es decir, cada reclamación tiene como límite máximo esa cantidad, cada vez que se presente algún siniestro.
Los costos de las pólizas dependen de muchos factores que pasan por el avalúo de las obras, el periodo de cobertura, el análisis técnico de riesgos y las medidas de seguridad que tiene el recinto, entre otros. Cuando se trata de obras que viajan a una exposición el costo del seguro varía según a la ciudad a donde va, la forma de transporte y el tiempo que estará fuera.
Todo depende del destino, pero cuando las obras tienen que viajar por avión las autoridades del Dolores Olmedo no permiten que todas vayan en un mismo vuelo, siempre tienen que ir en dos partes para prevenir una pérdida total en caso de un siniestro aéreo.
Cuando van en transporte terrestre debe ser en camiones especiales para mover obra de arte (con carrocerías blindadas, paredes interiores con sistemas de agarre, sistemas de control de temperatura y humedad, de alarma y extinción de incendios) y custodiados por guardias privados o del gobierno de la localidad. Además, la mayoría de los museos prefiere que los cuadros siempre estén acompañados del curador o comisario designado por ellos, quien se convierte en su sombra.
Existen dos tipos de pólizas que aseguran obras de arte: las que cubren la estancia de las piezas en un lugar determinado y las que cubren el transporte de las mismas desde que salen de su lugar habitual hasta que regresan a la sala del museo o a la bodega. Esta póliza es llamada “de clavo a clavo”.
Para proteger la estancia de las obras en un museo se suele contratar un seguro “sombrilla” o “todo riesgo”, que cubre cualquier daño que pueda sufrir la obra, como robo, incendio o afectaciones por agua. Este seguro consiste en calcular los riesgos que se puedan tener y a partir de ello fijar el monto máximo que pagaría la aseguradora para reparar o restituir el bien artístico.
Para la exposición Frida Kahlo, homenaje nacional, las autoridades del INBA tuvieron que invertir 7 millones de pesos en la remodelación de las salas de exposición del Palacio de Bellas Artes, pues varios de las 65 instituciones y coleccionistas nacionales y extranjeros que prestaron sus obras exigieron que el recinto contara con los estándares internacionales de seguridad, vigilancia y conservación.
“El costo de los seguros dificulta mucho el traslado de la obra. En México cobramos baratísimo la entrada a los museos y las exposiciones son carísimas. Lo más costoso es el conjunto de seguros y transporte porque el asunto del embalaje también es complicado”, finaliza Phillips Olmedo.

EL INFORMADOR / MOM / 10-03-08

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