“All Stars” se pone a tono

GUADALAJARA, JALISCO.- Una reunión de grandes exponentes del jazz nacional e internacional se dio en el escenario del Teatro Diana el pasado jueves por la noche con el concierto All Stars, con un ensamble de 11 talentos musicales que cautivó a cerca de dos mil asistentes durante casi dos horas, esto como cierre oficial del Primer Seminario Internacional de Jazz Tónica que se llevó a cabo en nuestra ciudad del 16 al 21 de agosto.

El recinto, que lucía lleno, fue testigo de la convivencia de talentos, anunciada como “un parteaguas en la escena del jazz nacional”, y cuya apertura estuvo a cargo de John Beasley al piano, el trompetista Brian Lynch , Bob Sheppard en el sax, el bajista Hans Glawischnig y Antonio Sánchez en la batería.

Tras la primera entrega, en donde los aplausos y ovaciones de los asistentes fueron la constante, Brian Lynch expresó el significado de su participación en el encuentro sonoro. “Es una gran honor compartir el escenario”, momento que aprovechó para  hablar de su experiencia en dicho seminario, organizado por Gil Cervantes y Sara Valenzuela, al asegurar que “los estudiantes aprendieron mucho, esperamos que el próximo año nos toquen alumnos así”.

Posteriormente, el ensamble se modificó con las participaciones del guitarrista Tom Kessler, el saxofonista Adrián Terrazas y Rafael Alcalá en el piano, para así ofrecer un tema que fue bien recibido por los presentes. Después, hizo acto de aparición el cantante Dorian Holley -quien puede presumir de haber trabajado como vocal coach de Michael Jackson en los últimos 22 años- para sorprender por sus dotes vocales y mantener una interacción con el público tapatío. “Estoy enamorado de otra mujer, y su nombre es Guadalajara”, manifestó.

Luego, Lynch, el ganador de un Grammy en 2007, presentó Claudio samba, ejecución que forma parte de su siguiente proyecto Unsung héroes y con el que dio muestra de un estilo caribeño.

Banquete musical

Durante la velada, el desfile de músicos, que reunió primero a un quinteto y luego a un septeto, consiguió casi al final conjuntar a una agrupación de 11 artistas, no sin que antes tomaran el escenario el trompetista Gil Cervantes y el guitarrista Wether Ellerbrock.

Baby, never say never fue una de las aportaciones vocales de Holley, quien con los sonidos de metal, cuerdas y percusiones fue partícipe de uno de los momentos más cálidos del encuentro.
El banquete de gran calidad musical ofreció siete entregas y One for muggy fue anunciado como el tema que reuniría a los artistas para despedirse; sin embargo, varios minutos de aplausos y gritos lograron que los músicos regresaran para entregar el clásico Cantaloupe Island para dejar así un grato sabor de boca.