Deportes | A propósito por Jaime García Elías * Exorcismo A propósito por Jaime García Elías Por: EL INFORMADOR 23 de agosto de 2010 - 02:14 hs Atlas perdió en casa contra Toluca en el último minuto. E. PACHECO / El del Atlas no es un asunto como para un técnico; es, salvo prueba en contrario, un caso para un exorcista. * Hasta un minuto antes del silbatazo final, el 0-0 ante el Toluca se antojaba el clásico “empate con sabor a derrota” para los rojinegros... Habían jugado mejor. Habían dominado el partido. Habían tenido media docena de estupendas oportunidades de anotar. Que las hubieran tirado, una tras otra, por la borda, puede atribuirse a imperfecciones técnicas o a flaquezas anímicas de Alférez, Moreno, Chávez y Achucarro. (A eso... o a la mala suerte, aun a sabiendas de que la suerte, como enseña la sabiduría popular, se resiste a salir a exhibirse del brazo y por la calle con los tarugos). Sin embargo, aún faltaba el colmo de los colmos: que en el último minuto --no precisamente de los 90 reglamentarios sino de los 94 que el silbante Fernando Guerrero dispuso que se jugaran--, Sinha, con disparo desde los linderos del área, rubricó una gran jugada de Romagnoli para dar al campeón Toluca la primera victoria de la campaña... y para consumar la aparente injusticia de que el Atlas perdiera un partido que, en teoría, merecía ganar. * Aparente injusticia, en efecto, porque de injusticia propiamente dicha sólo podría hablarse si el resultado hubiera sido consecuencia de algún escandaloso error de apreciación o de interpretación --un “gol fantasma” convalidado o uno legítimo escamoteado; un penalty o un fuera de lugar inventado, o uno a favor, impune...-- por parte del silbante en la jugada decisiva del encuentro. No fue el caso. Fue, simplemente, que, a diferencia del boxeo, en el futbol sólo puede ganarse mediante el nocáut de los goles, y nunca “por decisión”. * Lo cierto es que los dirigentes, al parecer, ya perdieron la paciencia. Cuatro derrotas a cambio de un triste empate en cinco apariciones, le colman el plato a cualquiera. Y si, además, como ocurre con el Atlas, el equipo no está exento de sobresaltos relacionados con el fantasma del descenso, nadie puede llamarse a escandalizado o sorprendido si, en medio de los festejos conmemorativos del 94 aniversario de la institución, los dueños de la pelota toman la decisión de darles las gracias a Carlos Ischia y a su librito, y convocan a alguien que llegue generosamente provisto de herraduras, patas de conejo y racimos de tréboles de cuatro hojas. Temas A propósito Jaime García Elías Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones