Moná Orozco elige una paleta de pasiones

GUADALAJARA, JALISCO (20/ENE/2011).- Moná Orozco nunca antes había trabajado su obra de manera grupal, sin embargo para la colección Lo que elegimos, lo hizo “por necesidad de compartir mi propuesta con personas cercanas”.

La presente colección integrada por 43 piezas, afirma Mónica Orozco -nombre real de la artista plástica-, ya se encuentra totalmente vendida, aunque no la ha entregado a sus propietarios hasta que concluya la exposición, el próximo 15 de febrero.

La muestra se encuentra a partir de hoy, en el Centro de Arte Moderno (CAM), espacio de donde recibió la invitación desde noviembre pasado, de parte del gestor del espacio, Miguel Aldana Mijares.

Las piezas en exhibición se presentan en pequeño, mediano y gran formato, distribuidos en dípticos, polípticos y una sola pieza. A los cuadros se suman tres esculturas, inspiradas en los personajes de la misma obra pictográfica.

“Es la primera vez que me arriesgo a trabajar con más personas, en esta ocasión no quería hacer caso solamente a mis caprichos y gustos, sino que me acerqué a personas que estimo, que conozco muy bien. En cada pieza fui plasmando, interpretando qué los hace respirar, moverse, ser feliz, reír, llorar, tener un bonito día o simplemente vivir. En total, son 19 coleccionistas con los que trabajé y ahora ellos podrán verse de alguna manera retratados en un cuadro”, explica la artista tapatía.

Realizar estas 43 obras a Moná Orozco le llevó aproximadamente 16 meses de trabajo, tiempo en el que estuvo en constante comunicación con sus compradores para poder interpretar sus inspiraciones en la vida.

“Los personajes que habitan  mi obra, están no sólo jugando, ahora se divierten y entretienen conectando con algún despistado que ya perdió la pasión por vivir o que al estar apagado no le encuentra sentido a vivir. Estos enchufes que coloco en mi obra, son en los que se conectan y recargan de energía y encienden su luz por la vida”, expresa Orozco.

En un recorrido por la sala del CAM, donde se encuentran distribuidas las piezas, es inevitable sumergirse en cada cuadro lleno de fantasía, con colores grisáceos, torbellinos de colores, zonas boscosas, mundos acuáticos, espacios aéreos y espirituales, “en pocas palabras es un paseo por los sentimientos, pensamientos y emociones”.