Cultura a puertas abiertas

GUADALAJARA, JALISCO.- Hace casi tres décadas que el Cabañas no despierta antes de las seis de la mañana. Ya no amanece con el aroma a desayunos esperando a que los niños terminen de prepararse para comenzar la jornada de estudios, tampoco se celebran misas en la Capilla Mayor, pero ahora el mundo sabe que el Instituto Cultural Cabañas (ICC) es una joya para la humanidad.

Testigo de los grandes momentos que definieron la identidad del México actual, desde la Nueva Galicia hasta el Estado de Jalisco, 200 años han pasado por sus muros. Ahora recibe a propios y visitantes con sus puertas abiertas para recorrer su historia, donde los grandes protagonistas del siglo XIX y XX guardan su página escrita con tinta y con sangre.

Y esa historia también se escribe hoy. En este presente que alberga no a niños sino a artistas y que se prepara para celebrar el Bicentenario de la obra diseñada por Manuel Tolsá a petición del obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas.

Desde que recibió en 1997 la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad otrogada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el edificio, el único inmueble en el país al que se le ha otorgado dicha distinción, ha elevado su naturaleza cultural.

Ana Lucía González, miembro del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) México, organismo adscrito a la UNESCO, señala que este icono de la ciudad manifiesta la preocupación de su fundador, un líder social que buscó un espacio ejemplar para los más necesitados.

Valores, tradición y fortaleza son calificativos de este guerrero de cantera dorada, que contra viento y marea ha vivido las justas civiles más importantes del país, desde la lucha de Independencia en 1810, hasta la Guerra Cristera que terminó en 1929.

El sentido social

La obra de Manuel Tolsá, construida con la finalidad de que se convirtiera en un hospicio, abrió sus puertas a los necesitados en febrero de 1810, y las cerró ese mismo año debido a la lucha de Independencia.

La integrante del ICOMOS México destaca la función del edificio, ya que el recinto no excluyó el hecho de que fuera una obra maestra de la arquitectura con la labor social, ya que fue diseñado para recibir a los huérfanos.

Ana Lucía González agrega que la construcción del ICC fue un elemento detonador en términos sociales porque albergaría a los indigentes y menesterosos de la ciudad, a los caminantes y a los peregrinos, “el obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas se preocupó porque los menos favorecidos tuvieran un edificio como ése, que hoy es Patrimonio de la Humanidad”.

Para el director general de Patrimonio Cultural de la SC, Modesto Aceves, el ICC es un edificio digno y comenta que el obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas consideró que éste sería habitado por los menos favorecidos. “Buscó dar espacios muy dignos”, enfatiza lo anterior es evidente en la proporción de las hoy son salas de exposición, pero que antes fueron dormitorios y salones de clases, así como en el material empleado en su construcción.

“Su dignidad se establece en la altura de las salas, la dignidad de la propia Capilla y el comedor. Había una vocación de engrandecer al ser humano. Es un edificio humanista, dedicado a rescatar a los seres desvalidos y brindarles un oficio que les permitiera valerse en un futuro”, agrega Modesto Aceves. Para finalizar añade que “se cumplen 200 años de una obra que refleja todo el aprecio y la preocupación de un ser humano por sus semejantes”.

EL INFORMADOR/ Mayra Torres de la O

“El edificio conjunta dos propósitos: el arquitectónico como obra maestra y la labor social, ya que fue diseñado para recibir a los huérfanos”.
Ana Lucía González, integrante del ICOMOS México.

“Se cumplen 200 años de una obra que refleja todo el aprecio y la preocupación de un ser humano por sus semejantes”.
Modesto Aceves, director general de Patrimonio Cultural de la SC.

“Tenemos un recinto maravilloso, no podemos negar la riqueza de este edificio”
María Inés Torres, directora del Instituto Cultural Cabañas