Jueves, 28 de Marzo 2024
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Jalisco

Combaten deserción con estrategias de nivelación

El reto de la UdeG es reducir esta problemática en los primeros ciclos escolares de los estudiantes
 

El Informador

La jefa de la Coordinación de Innovación Educativa y Pregrado de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Juana Eugenia Silva Guerrero, remarca que el problema de la deserción se da en todos los centros universitarios, públicos y privados.

Explica que, en la Universidad de Guadalajara, la deserción es mayor en centros regionales debido al perfil de los estudiantes. Además de que es más frecuente que ocurra en los primeros ciclos escolares.

“En el Centro Universitario del Norte (CUNorte), ubicado en la zona con el más alto índice de marginación, en la zona wixárika, en ese tipo de centros tenemos mayor deserción que en centros metropolitanos”.

Por eso lanzaron estrategias de capacitación para estudiantes, con el objetivo de bajar estos índices, con clases de matemáticas o expresión oral y escrita.

“En 2015 vimos cuáles eran los centros que recibían alumnos con el más bajo puntaje de ingreso, y allí detectamos que era CUNorte, Costa Sur y la Ciénega. La universidad da cursos de nivelación, en lo que llamamos las habilidades cognitivas. Los enfrentamos a problemas reales para desarrollar pensamiento crítico y analítico”. Subraya que uno de los principales retos es disminuir la deserción en los primeros ciclos escolares. Acentúa que, aunque no cuentan con información homologada del principal motivo de deserción, la mayor parte de los estudiantes lo hace por motivos socioeconómicos.

“Muchos deben trabajar para ayudar en su casa. También hay deserción cuando no tienen bien definido el programa educativo que quieren estudiar… siguen mucho la tradición escolar, y cuando llegan a la universidad, se dan cuenta que no necesariamente era lo que querían”.

Detalla que en centros como el CUNorte aceptan casi al 100% de los solicitantes. “Eso quiere decir que se tiene más oferta que demanda, más lugares disponibles. Hay que trabajar más intensivamente para poderlos nivelar y que no deserten”.

Sobre la estrategia del Gobierno federal de crear más universidades, principalmente en regiones con mayor índice de marginación, la académica considera que es un esfuerzo loable, pero que representa un mayor reto, por lo que deben idear estrategias para que los alumnos permanezcan, sin descuidar la calidad de los programas educativos.

“La educación en sí nunca dejará de ser una buena inversión, el problema radica en que quizá tendrían que hacer mayores esfuerzos para que esos alumnos logren terminar”.

El CUCEI reportó ocho mil 775 decersiones entre 2013 y 2018, la cifra más alta entre los centros metropolitanos. EL INFORMADOR/Archivo

Renuncian a las aulas por los problemas económicos y personales

El Centro Universitario de los Altos (CUAltos), con un porcentaje de deserción de 27.5%, responde que los alumnos desertan principalmente por problemas económicos, personales, familiares, cambio de residencia, bajo interés de carrera, falta de tiempo y salud.

Las licenciaturas que más abandonan en el CUAltos son Abogado, Contaduría Pública y Administración. Mientras que las carreras con menos porcentaje de deserción son Nutrición, Medicina, Veterinaria y Zootecnia, así como Ingeniería en Sistemas Pecuarios.

Aunque el Centro Universitario del Norte (CUNorte), ubicado en el municipio de Colotlán, es el único sitio que admite al 100% de los estudiantes que hacen trámites, es el que mayor porcentaje de deserción tiene, con dos mil 155 alumnos que se dieron de baja, de un total de cuatro mil 370 estudiantes admitidos en los 12 calendarios del periodo 2013 a 2018.

En el CUNorte las carreras más abandonadas son Enfermería, Abogado, Nutrición y Psicología. En contraparte están Telemática, Turismo y Contaduría Pública.

Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares, un factor importante que se relaciona con la decisión de abandonar la escuela es el acceso a ésta respecto a su ubicación geográfica; es decir, por la lejanía en la que se encuentra.

En el Plan Estatal de Desarrollo 2013-2033 se destaca que, a pesar de que la oferta de educación superior se ha extendido y diversificado, todavía subsisten inequidad para el acceso, desigualdades regionales y de género.

De acuerdo con los datos presentados, solamente 39 municipios tenían matrícula de educación superior, en donde Guadalajara se ubica con 42.7% y Zapopan, con 27 por ciento.

La mayor parte de la oferta en educación superior se ubica en la Región Centro, además de la presencia de Centros Universitarios Regionales de la Universidad de Guadalajara y de Institutos Tecnológicos Superiores (ITS) y Universidades Tecnológicas del Gobierno del Estado.

Parámetro

En el Plan Estatal de Desarrollo 2013-2033 se menciona que la deserción en cinco municipios de Jalisco está por arriba del registro de Baja California Sur, que tenía el porcentaje de deserción más alto de México en educación superior.

“Entre ellos está Cihuatlán, con 40.74%, y Tonalá, con 29.41%. Por otra parte, 25 municipios están por arriba de la media estatal”, indicó el documento.

TESTIMONIO

“¿Cómo explicarles que no tenía dinero?”

“¿Cómo explicarles a los de la universidad que no tenía dinero siquiera para pagar el semestre, que estaba en un periodo de depresión, que me dieran chance un semestre?”. lamenta Juan Magallón, un joven originario del poblado de Mezcala, localizado frente al Lago de Chapala.

Magallón cuenta que desde siempre su objetivo fue terminar una carrera y ser parte de las personas que toman las decisiones en el país. Por eso, decidió dejar su pueblo para estudiar en la Zona Metropolitana de Guadalajara, en la Preparatoria 7.

“Terminar la preparatoria fue una hazaña, en Zapopan sólo tenía seguro la casa, pues es de mi familia. De ahí tenía que pagar el  agua, luz, comida, transportes. Trabajé primero en una tienda de conveniencia, luego en un centro de llamadas y, casi al final, en una panadería”.

Tras finalizar sus estudios en educación media superior, el joven remarca que, “a la primera”, lo aceptaron en la carrera de Administración Gubernamental y Políticas Públicas del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).

“Me encantaba estar en la universidad, me apasionaban las materias de ciencias políticas, las de economía… las demás no tanto. El primer semestre fue bueno, pero al segundo dejé mi trabajo y no encontraba otro”.

Juan Magallón detalla que su familia no podía darle apoyo económico, por lo que empezó a deber dinero en la universidad.

“Se me cerró el mundo, entré en depresión, asistía a clases de vez en cuando. Seguía sin encontrar un trabajo y los que había era de tiempo completo por 800 pesos”.

El joven afirma que no pudo explicar que no tenía dinero y tampoco había oportunidades, por lo que optó por regresar a su pueblo. Pese a todo, recalca que su sueño es retomar la licenciatura del CUCEA en algún momento.

“Optaré por entrar a la Normal, para ser maestro de inglés. Después ya no estaré vetado de la UdeG y volveré a estudiar la carrera que empecé, porque no pienso en desistir”.

Abandonan 8 mil 775 alumnos el CUCEI en un sexenio

El Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) reportó que ocho mil 775 estudiantes desertaron de alguna de las carreras que se ofertan en el sitio entre 2013 y 2018. Se trata de la cifra más alta de deserción en los centros metropolitanos de la Universidad de Guadalajara (UdeG). Ingeniería en Comunicaciones y Electrónica fue abandonada por mil 894 alumnos, mientras en Ingeniería en Computación, mil 34 estudiantes.

El segundo lugar, en ese mismo periodo, está el Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), con mil 948 desertores, y el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), con mil 881.

En contraparte, el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) informó que en seis años solamente 285 estudiantes abandonaron sus licenciaturas.

El Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá) estaba catalogado como parte de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) hasta el calendario 2015-A. A partir de entonces se consideró como regional, de acuerdo con las estadísticas de la UdeG.

La UdeG lanzó planes de capacitación para estudiantes para bajar la deserción. Los enfrentan a problemas para desarrollar un pensamiento crítico y analítico. EL INFORMADOR/Archivo

Sin tomar en cuenta a los alumnos que se dieron de baja por reprobar materias, en el CUTonalá desertaron mil 582 estudiantes, principalmente por motivos que tienen que ver con falta de recursos, ubicación, trabajo, orientación, cambio de residencia, personales y maternidad.

El resto de los centros universitarios contestó que no cuenta con una estadística de razones por las cuales los alumnos desertan, o bien los indicadores no están homologados.

Guillermo Mendoza cuenta que decidió estudiar química en el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), pero en el primer semestre se dio cuenta que los procesos eran muy complicados y no tenía la vocación para continuar. “No tuve una comprensión adecuada y me salí. Posteriormente estudié para abogado y sí terminé la carrera”.

Posteriormente, el joven se matriculó en el Centro Universitario del Norte (CUNorte), en Colotlán, y después pidió su cambió al Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), donde terminó su licenciatura.

Centros regionales, con mayor incidencia

La deserción a nivel licenciatura en centros regionales de la Universidad de Guadalajara (UdeG) es mayor que en las instituciones ubicadas dentro de la Zona Metropolitana de Guadalajara, incluso representan el doble si se comparan con los admitidos en cada centro, de acuerdo con información de los últimos seis años.

En ese periodo, la UdeG aceptó a un total de 73 mil 40 alumnos en los nueve centros fuera de la metrópoli, como el Centro Universitario del Norte (CUNorte), el Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega) o el Centro Universitario de los Lagos (CULagos). De ese total, abandonaron la escuela 17 mil 713 estudiantes; es decir, dos de cada 10.

Entre 2013 y 2018, la Universidad admitió a 102 mil 783 alumnos entre las cinco sedes en la metrópoli: Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI), Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) y Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH).

La deserción metropolitana en esos ciclos escolares fue de 14 mil 442 alumnos, uno de cada 10 admitidos, según cifras que la casa de estudios proporcionó vía Transparencia. La estadística no contempla las licenciaturas virtuales, datos del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) ni a los estudiantes dados de baja por problemas académicos.

Alejandro Gómez Levy, presidente de Mexicanos Primero, capítulo Jalisco, considera que probablemente la deserción se da más en centros regionales porque muchos estudiantes deben desplazarse para asistir a clases.

Explica que el fenómeno puede ocurrir debido a que las carreras no se ajustan a las demandas laborales y por las dificultades económicas de los alumnos.

Destaca que, para disminuir la deserción, deben ampliar la oferta universitaria, pero “en función de la pertinencia y necesidades de cada región, que reconozcamos los potenciales específicos de cada lugar”.

GUÍA

El fenómeno

  • De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública (SEP), la “deserción” como indicador expresa el número o porcentaje de alumnos que abandonan las actividades escolares antes de terminar algún grado o nivel educativo.
  • La deserción se clasifica en tres vertientes: intracurricular, intercurricular y total. El abandono que ocurre durante el ciclo escolar se denomina deserción intracurricular. Al abandono que se efectúa al finalizar el ciclo escolar, independientemente de que el alumno haya aprobado o no, se le llama deserción intercurricular. Mientras que la deserción total es la combinación de ambas deserciones.
  • También define como “rezago educativo” a los grupos y/o sectores de la sociedad que enfrentan condiciones de desventaja sobre recursos económicos, humanos y materiales.
  • “En este sentido, se ven reflejados en servicios educativos de menor calidad, en altos índices de repetición y deserción escolar, en la falta de materiales educativos, en la infraestructura inadecuada, en la  capacitación deficiente, en el ausentismo de maestros y en la supervisión insuficiente de directivos”, se indica en un glosario de la SEP.
  • De acuerdo con el artículo “Permanencia y abandono de estudios en estudiantes universitarios: un análisis desde la teoría organizacional”, de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies), una de las complejidades para evaluar el abandono escolar “es la dificultad para conocer si la salida del estudiante de una institución implica desecharla para reinsertarse en otra, o si sale definitivamente de lo que se conoce como sistema educativo”.
  • Mientras que en el texto “Definir la deserción: una cuestión de perspectiva”, también de Anuies, subrayan que la deserción puede verse como un comportamiento individual y de las metas de cada persona, como casos de fallas en orientación educativa o las expectativas y esfuerzos de cada estudiante. O la deserción institucional, es decir, cuando “existen varios periodos críticos en el recorrido estudiantil en que las interacciones entre la institución y los alumnos pueden influir directamente en la deserción”.
Expertos consideran que la lejanía de los centros universitarios incide en la deserción. EL INFORMADOR/Archivo

Mexicanos primero: faltan opciones para las necesidades laborales

Sobre los estudiantes que deben dejar la escuela por el tiempo que dedican al trabajo, Alejandro Gómez Levy, presidente de Mexicanos Primero en su capítulo Jalisco, considera que se podría buscar que el currículum universitario estuviera alineado a las necesidades laborales.

Por ejemplo, si una empresa requiere un software o proyecto específico, que los estudiantes pudieran trabajar en él desde las aulas. “Sirve que aplican sus conocimientos para algo práctico y, por otro lado, la empresa puede ver talentos que puede contratar, unir a la empresa con la universidad”.

Gómez Levy recalca que en la deserción hay dos factores principales: pertinencia de la carrera y motivos económicos, “es decir, que las licenciaturas están desalineadas con lo que la demanda laboral está pidiendo, en el transcurso de la carrera los chavos se dan cuenta y el interés lo van perdiendo”.

Además de los estudiantes que deben trabajar y el tiempo o el dinero no les alcanza para realizar las dos actividades.

El presidente de Mexicanos Primero destaca que también se debe resolver el problema de admisión, ya que en la Zona Metropolitana de Guadalajara es mayor el porcentaje de rechazados, comparado con la estadística de alumnos que no ingresan en los centros regionales.

Aunque el proyecto de 100 universidades que impulsa el Presidente de la República tiene sentido, considera que es una medida en donde se puede gastar mucho dinero sin brindar resultados efectivos.

“Hay que buscar de qué manera podemos encontrar la posibilidad de que los chavos puedan tener esa opción de desarrollo sin generar infraestructura, que se aproveche lo que existe en las universidades privadas y públicas. Y pensar en una universidad más combinada entre presencial y virtual, potenciar la capacidad y diversificar las carreras”.

Proyecto federal

Como parte de sus promesas de campaña, Andrés Manuel López Obrador prometió la creación de 100 nuevas universidades en el país. En el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 están etiquetados mil millones de pesos para el rubro  “Universidades para el Bienestar Benito Juárez García”.

    TELÓN DE FONDO

    La estrategia federal

    El Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció el pasado 18 de diciembre que crearía 100 universidades públicas en el país, propuesta a la que le destinó mil millones de pesos en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019.

    Posteriormente, el Presidente remarcó que daría 10 millones de becas para estudiantes de nivel básico, medio superior y superior. Afirmó que, a partir de enero de 2019, todos los que estudian en las escuelas técnicas del nivel medio superior o en colegios de bachilleres van a recibir una beca mensual.

    “Y los estudiantes de familias de escasos recursos que estudian en el nivel superior, en escuelas técnicas o en universidades, también van a recibir una beca de dos mil 400 pesos mensuales. Vamos a apoyar mucho la educación”.

    La coordinadora del programa “Universidades para el Bienestar Benito Juárez García” será Raquel Sosa, profesora investigadora titular del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de México (UNAM) desde 1976, según la descripción del portal del Presidente.

    Sosa declaró que las instituciones serán “completamente gratuitas”, para todos los jóvenes de México.