Jueves, 28 de Marzo 2024
Suplementos | Es una urbe de la que se pueden escribir cientos o incluso miles de palabras

Mérida inolvidable

Esta ciudad se encuentra cerca de otros destinos turísticos como Izamal y Cancún, lo que la vuelve un punto de descanso ideal para los viajeros

Por: EL INFORMADOR

Mérida es una urbe de la que se pueden escribir cientos o incluso miles de palabras usando las metáforas más bellas. EL INFORMADOR / F. González

Mérida es una urbe de la que se pueden escribir cientos o incluso miles de palabras usando las metáforas más bellas. EL INFORMADOR / F. González

GUADALAJARA, JALISCO (15/ENE/2017).-  Descubrir Mérida es abrirse a un nuevo mundo. Ciudad Blanca donde se revelan una nueva dimensión de olores, palabras y sabores. Corazón colonial de un Yucatán donde el pasado está en cada esquina y el futuro en plena construcción. Es aterrizar en una ciudad amable que siempre extiende la mano para ofrecer una bienvenida y de la que realmente es imposible despedirse.

Mérida es una urbe de la que se pueden escribir cientos o incluso miles de palabras usando las metáforas más bellas, pero éstas siempre van a palidecer si lo comparamos con la experiencia de recorrerla, saborearla, escucharla y en especial, sentirla.

El apodo de “Ciudad Blanca” le viene de la época colonial, cuando en su primer cuadro imperaban las construcciones pintadas de ese color, relucientes bajo el abrasador Sol que casi todo el año se siente. Hoy eso es una verdad a medias, pues si bien es cierto que alguna de sus construcciones más características están vestidas de un albo impoluto (como el hermoso Ateneo Peninsular, a un costado de la catedral), también son abundantes las fachadas afrancesadas salpicadas de vibrante rosa mexicano, verde limón y naranja fuego.

La ciudad, fundada el 6 de enero de 1542 por Francisco de Montejo “El Mozo”, está construida sobre lo que fue la ciudad maya de T’Hó o Ichcaanzihó. Los conquistadores le pusieron el nombre porque al llegar encontraron dos gigantescas pirámides blancas que les recordaron a las ruinas romanas de la ciudad de la Mérida española.  

Al llegar por primera vez y recorrer sus calles de banquetas estrechas, te sentirás en una ciudad que presume orgullosa toda su historia. Su pasado maya está presente en los edificios coloniales, algunos de los cuales fueron levantados con los restos de las pirámides antes descritas y otras edificaciones de la época Prehispánica. Pero también presume su pasado colonial, que está en maravillosos edificios como la Casa de los Montejos, cuya fachada es una auténtica obra de arte, mientras que su interior es un fastuoso museo. O la Catedral, cuyo aspecto sobrio se comprende mejor al conocer su atribulada historia.

La ciudad se goza con la vista, pero también con el tacto. El cálido saludo de sus habitantes, su conversación ingeniosa (sí, de vez en cuando escucharás una ‘bomba) y el delicioso acento de los yucatecos hará que olvides que te encuentras de viaje. Compra una marquesita en alguno de los puestos de la calle y disfruta de su sabor a la sombra de un árbol o paseando por la avenida Montejo. La experiencia es deliciosa es inigualable.

Mérida arrancó el año celebrando el aniversario 475 de su fundación el pasado 6 de enero. Sus habitantes le hicieron fiesta e incluso le cantaron las mañanitas a su terruño, además de disfrutar de un impresionante espectáculo de video mapping sobre la fachada de la Catedral.

Fue una celebración de esas que dejan imágenes inolvidables en la mente de aquellos privilegiados que la atestiguan de primera mano. Una de ellas fue la de los meridenses, quienes salieron por la noche vestidos de blanco ellos, vestidas de traje típico ellas, y pasearon con una vela en la mano, que simbolizaba la luz que siempre ha acompañado a la ciudad. El remate de la fiesta llegó con un espectáculo de pirotecnia, pero no significó el fin de las celebraciones. Este año, Mérida tiene muchas razones para ser disfrutada.

La ciudad recién estrena el nombramiento de Capital Americana de la Cultura 2017, etiqueta que le da prestigio a una ciudad que ya presumía desde antes su vena artística.

Al ser Capital Americana de la Cultura, la ciudad garantiza todas las noches un evento artístico de calidad internacional, al tiempo de atraer a sus calles, museos, galerías, foros y teatros a lo más selecto del arte y la música de nuestro Continente.  

La cartelera de eventos (disponible en www.capitaldelacultura.com)  es alimentada de forma constante con novedades, que se suman a la ya rica oferta de actividades que tiene Mérida gracias a otros encuentros, como La Noche Blanca (que se celebra en mayo y diciembre), el Mérida Fest (a lo largo de enero), el Paseo de las Ánimas (en noviembre) y la Semana Meridana, que se celebra todos los días del año en el primer cuadro de la ciudad, con la Plaza Santa Lucía como uno de los mejores puntos para pasar la velada disfrutando de la jarana y la trova que tanta fama le ha dado a esta tierra.

Las palabras podrían seguir y seguir para hablar de Mérida. De sus noches calurosas y sonoras y sus amaneceres parsimoniosos. Del olor hipnótico de sus mercados y el delicioso sabor de su licor xtabentun con sabor a miel. De cómo es fácil sentirse arropado y lo imposible que es decirle adiós... mejor que sea un hasta pronto.

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