GUADALAJARA, JALISCO (29/ENE/2017).- Hace 70 años se publicó la novela “Al filo del agua”, de Agustín Yáñez, novelista, ensayista, cuentista y político mexicano. Las primeras siete décadas han levantado el entusiasmo de la Doctora Patricia Córdova, jefa del departamento de Letras Hispánicas, en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), pues para ella, esta obra posee un retrato de la sociedad jalisciense que todavía prevalece en algunos grupos sociales.La obra narra los conflictos en la vida cotidiana de los habitantes de una pequeña zona rural durante la el primer año de la revolución mexicana. En ella predomina un sombrío patrón de vida por la versión particular en que ejercen la religión católica. “Al filo del agua” es considerada, junto con obras de Juan Rulfo y Mariano Azuela, como de las mejores novelas mexicanas del siglo XX. También se recrea la comunidad rural identificada en Yahualica, pero la Patricia agrega que las descripciones pueden ampliarse no sólo a otras zonas rurales, sino a cualquier sociedad conservadora del mundo actual, ya sea en grandes ciudades o en pequeños pueblos.La Doctora Patricia resalta que pese a estar a un mismo nivel literario, el nombre de Agustín Yáñez no posee la misma resonancia que los otros dos, quizá porque su carrera política eclipsó su creación literaria. De cualquier manera, continúa siendo una obra de esencial importancia para los estudiosos literarios interesados en recuperarla. En ella el lector podrá encontrar técnicas narrativas que antes no se habían utilizado con éxito: “tiene que ver con el flujo de consciencia, es un retrato profundo, multifacético y polifónico de lo que es el espíritu conservador, el alma del mexicano occidental”. Patricia Córdova desea promover su lectura en el ámbito académico, pero también en toda la ciudadanía, principalmente la de Jalisco, asegura que “si un jalisciense no ha leído ‘Al filo del agua’, no puede considerarse tal”. Esta obra literaria comprueba la fama a nivel nacional que tiene dicho Estado como cuna del conservadurismo. “Yáñez penetra en la oscuridad más tremenda del ser religioso, que también tiene un lado positivo. En términos naturales los seres humanos tenemos la necesidad de desarrollar un espíritu religioso, al margen de la religión que haya, porque se corresponde con la espiritualidad. Pero la obra nos muestra su lado oscuro”. Eros y tánatos: el conflictoEl estudio que expondrá Patricia en el marco de las conferencias conmemorativas a Yáñez, aborda el tormento que viven los personajes causado por la pasión y el erotismo, pues para ellos la sexualidad es un conflicto debido al catolicismo que profesan. La obra está en constante diálogo entre eros y tánatos, es decir, entre el erotismo y la muerte; hecho que, pese a las grandes transformaciones que ha sufrido la ideología mexicana, pervive todavía en muchos grupos sociales: “en todo el mundo hay personas que se identifican con la negación del erotismo en la vida humana, con costumbres muy restrictivas. La novela nos enseña el peligro de los extremos en el sentimiento religioso”. Además de la temática de la religión, Patricia Córdova también analiza el habla mexicana en esta novela y en otras dos obras menos conocidas de Yáñez, “Ceguera roja” y “Llama de amor vivo”. Ambas fueron retiradas por el mismo autor de su bibliografía porque las escribió a muy temprana edad, antes de los 20 años. Sin embargo, ella las rescata debido a su contenido bastante valioso para los fines de sus estudios: “está presente una ideología bastante interesante y fuerte, y un fervor místico que desestabiliza. Aparte que su obra en general representa una riqueza ideomática increíble”. Las otras obras de YáñezOtros cuatro investigadores del departamento de Letras Hispánicas continuaron con la línea propuesta por Córdova para celebrar a Yáñez y acompañarla en la exposición de sus estudios en la mesa “Vida y obra de Agustín Yáñez”. Los especialistas en literatura incluirán análisis de “Flor de juegos antiguos”, para hablar de la ciudad desde la visión infantil del autor y desarrollar un especial cariño por ella; “Las tierras flacas”, donde se encuentran un sinfín de proverbios y refranes característicos de aquella la región jalisciense; y “Los sentidos al aire”, que muestra la ironía mexicana como recurso lingüístico como escape de la realidad.
