A nosotros no nos tocó, por fortuna, o muy pocos lo sintieron, pero obviamente las escenas son terribles. La gente ya tenía una base de educación que permitió movilidad; a mí me llamó la atención percibir a la gente en una ayuda más ordenada y no tan desesperada, con lo que van a lograrse mejores resultados. Muchas entidades comerciales y universidades decidieron hacer colectas, lo cual es relativamente normal, pero yo conocí un par de chicas estudiantes de medicina que hicieron su propia recaudación y su propio envío de medicinas hacia Chiapas, que en mi opinión es el perro que tiene más flacas las costillas, porque a las víctimas del sismo hay que agregar la pobreza endémica, a pesar de que nuestro amado gobierno insista en que los está sacando de la pobreza, lo que sería cierto sólo si los sacara de la pobreza para meterlos a la miseria. En las redes surgió la idea de que se quitara a los partidos políticos una parte o toda, de uno de los múltiples apoyos que reciben para propaganda electoral y el pueblo lo tomó con gran entusiasmo e incluso se llegó a pensar, no sin alguna simpatía, que también nos podíamos ahorrar el costo del INE, una de las entidades más inútiles y caras del país. Desde luego que esto no va a tener una consecuencia formal, porque todos los partidos políticos, como buenos pillos que son, van a aceptar que se los quiten, porque ya hallarán bolsas de dónde reponer lo perdido. Ciertamente la propia ley cubrirá las pillerías: imagínese usted lo tardados que son que las elecciones (que creo que fueron en junio o julio), acaban de ser declaradas válidas hace una semana; eso no pasa más que en México y porque es tan caro y tan buen negocio el INE que no van a perder la oportunidad de tenernos en ascuas, todos esperando que den su fallo. Para mí, desde luego, el ganador de las elecciones es el que publica El Informador al día siguiente; es muy raro, rarísimo, que eso se modifique y sí es vergonzoso que en todo el mundo, sin un INE y sin esos pillos y mucho más barato, se conoce el resultado de las elecciones ese mismo día. Y válgame que yo considero las elecciones tan o más dañinas que un terremoto, porque de éste te recuperas, con llantos, sudor y sangre, pero te recuperas; en las elecciones cada vez quedas en peor estado de frustración y, en muchos casos, con justas ganas de hacer justicia por tu propia mano y atacar al tirano. La mayoría de gobernantes no se han enterado de que la gente está harta y difícilmente se considerarán incluidos en la crítica, siempre pensarán que otros son los merecedores de ésta
