Jueves, 28 de Marzo 2024

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Mariana Orozco

Por: Maya Navarro de Lemus

Mariana Orozco

Mariana Orozco

Recuerdas ese enamoramiento que has vivido en algún momento, donde ese estado de ensoñación te hace creer que todo es perfecto y estas ahí, mañanas y noches…. Tengo miedo de dejar ir mi apego, tengo miedo porque es mi estado habitual, luego que hago sin él. Buscamos adónde aferrarnos en cada momento de nuestra vida. Buscamos la fe y la esperanza, y nos perdemos entre sus tinieblas.

Este es un estado casi permanente en nosotros, solo cambiamos el objeto de nuestro encantamiento como una especie de hipnotismo que no nos permite estar presentes. Hay que comprender cada vez mas que no somos consientes de lo que experimentamos y que las demás personas tampoco lo son.

El ser humano se apega a él mismo. Normalmente, todos las personas poseemos un rasgo distintivo que nos caracteriza; ése rasgo distintivo es el aspecto predominante del hacer, del sentir y del pensar del ego. Y lo aceptamos como nuestro, como un rasgo genuino. 

Para poderlo comprender tenemos que verlo como alejado de nosotros mismos, poner distancia, observarlo separado de nosotros.

Nos vamos enganchando de pequeñas cosas que van surgiendo, eventos externos e internos como nuestros pensamientos  que vienen y nos mueven internamente poseyéndonos por completo y nos olvidamos de todo lo demás. Nos sucede a menudo que nos apegamos a una emoción o a un estado de ánimo y nos olvidamos de otros sentimientos mas profundos. Podemos observar que muchas situaciones que causaron tristeza o alegría no lo merecían.

Este encantamiento es terrible porque penetra por todos lados y nos deja en este estado por tiempos indeterminados en el mismo momento que creemos luchar contra ello, seguimos siendo víctimas de su engaño. Supongamos un asunto menor, con un vecino o con un ser querido, cuantas veces le damos la vuelta al mismo asunto y nos perdemos en eso creando situaciones totalmente irreales, debiendo aplicar una ley muy clara de salud mental: ¡no sufrir por causas imaginarias! 

Los escritores, actores, músicos, artistas y políticos, lo padecen severamente ¿Y de qué sufren? Ante todo de una extraordinaria opinión de sí mismos, luego de exigencias y finalmente de «consideración», es decir se ofenden por la menor apreciación.

Aparece el miedo como una manifestación muy clara atándonos al mundo exterior en una cadena enorme de asociaciones desagradable. Un canal abierto 24 horas para que ingrese toda clase de apegos, hasta convertirse en una obsesión. Existen dos fundamentales el miedo a situaciones embarazosas y el famoso miedo al que dirán.
En la mayoría de los casos un hombre se identifica con lo que piensan los demás de él, con la forma en que lo tratan, que los demás no lo aprecian lo suficiente, todo esto lo atormenta, hace que desperdicie una cantidad enorme de energía en conjeturas o en suposiciones; de esta manera desarrolla en él una actitud  a la defensiva,  desconfiada con los demás. 

Todo lo que a tal hombre le desagrada le parece injusto, ilegítimo, falso e ilógico.

Hay personas que se molestan por el clima.

Una persona que trabaja en el mismo lugar donde vive, esa persona no sabe cuando terminar su trabajo y cuando empieza su vida personal, y lleva todos los problemas del trabajo a toda su vida, esta es una de las formas del enredo que el encantamiento produce dentro de uno mismo.

A nivel externo es un ida y vuelta con los intereses  y exigencias de la sociedad que los tomamos como gustos propios. Un ejemplo de esto sería la moda, para entender mejor que queremos decir, a todos nos gusta el auto BMW, cada nuevo rico lo primero que hace es adquirir uno, con un juicio apresurado estaríamos a punto de decir que a todos nos gusta lo mismo, pero en realidad es la sociedad, el comercio de autos el que nos envuelve.

Cuando esperamos que nos sirvan la comida, debemos controlar la emoción negativa de fastidio, y cuando nos la sirven, debemos controlar la emoción positiva de alegría. Ambas son igualmente automáticas . 

Nuestro problema principal es cómo evitar identificarnos con los problemas. 

El encantamiento sea cual sea es negativo por ser imaginario.

Estamos diseñados para vivir así, debemos con gran esfuerzo ir en contra de esta naturaleza reconociéndonos como maquinas automáticas, esto es evolucionar.

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