El viernes, en el Estadio Alfonso Lastras de San Luis Potosí, la Selección mexicana se sobrepuso a un 0-1 para terminar venciendo 3-1 a Trinidad y Tobago, en un partido de trámite cuyo resultado no repercutía en el destino de otras Selecciones, por la simple y sencilla razón de que los caribeños ya estaban eliminados y el Tricolor ya calificado.Por tal motivo, y por el desdén de los aficionados capitalinos, fue que la FMF optó por placear al equipo mexicano llevándolo a la capital potosina con el aval del Gobierno de ese Estado.La idea era que la presencia de la Selección, que muy pocas veces juega en nuestro país y de esas pocas, muy pocas, lo hace en otro estadio que no sea el Azteca fuera una fiesta y que el cambio de aires para Osorio y sus dirigidos fuera benéfico.Contrariamente a lo que se había dejado entrever, el seleccionador colombiano convocó a la mayoría de lo mejor que dispone el balompié mexicano; debiendo ser por la conveniencia futbolística del técnico y no porque el que paga manda al estilo de los partidos “moleros” para la promoción del encuentro que las figuras fueron llamadas.Ante los trinitarios, fue un partido oficial pero también de preparación para el Mundial.Por las calamidades causadas por los sismos, el cotejo tuvo un entorno cargado de emotividad. En el rectángulo verde Hirving Lozano, “Chicharito” y el “Zorrillo” Herrera con sus goles le dieron el final feliz a una noche en la que el Tri coqueteó con el ridículo.A su estilo, Juan Carlos Osorio destacó la fortaleza mental y la capacidad de reacción de su equipo y también sus movimientos tácticos.Pero como ya es una constante en su discurso escaso de autocrítica parece que hay cosas que sólo Osorio ve y que contrastan con la percepción generalizada.Sigue sin manifestarse una evolución futbolística, las individualidades estuvieron por encima del funcionamiento colectivo para rescatar el triunfo ante el rival más débil de la competencia.También como es una constante, en la gestión del colombiano las estadísticas atenúan, aunque no dispersan los cuestionamientos y las dudas de los alcances del equipo mexicano de cara al Mundial.El conjunto nacional mantuvo el invicto, sumó otros tres puntos que lo afianzaron como líder inamovible de la eliminatoria, dejando escapar sólo dos puntos fungiendo como anfitrión a causa del empate frente a Estados Unidos, al resto de los visitantes: Costa Rica, Honduras, Panamá y Trinidad y Tobago, los despachó con las manos vacías.Un triunfo en Honduras daría como balance final, en números, una de las mejores si no es que la mejor eliminatoria del Tri desde que se aplicó el formato del Hexagonal, hecho que contrastaría notablemente con la eliminatoria pasada en la que se estuvo al borde del peor fracaso de la historia.El martes “caerá el telón” del Hexagonal; seguramente Estados Unidos junto a Costa Rica escoltarán al Tri en la ruta sin escalas al Mundial, se definirá al equipo que juegue el repechaje y al que al igual que Trinidad y Tobago tendrán que empezar a preparar las eliminatorias del Mundial de Qatar 2022.
