Jueves, 28 de Marzo 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

Homenaje a EL INFORMADOR

Por: José M. Murià

Jorge Álvarez del Castillo, In memoriam.

Me cuesta imaginar una mañana en Guadalajara sin EL INFORMADOR, “diario independiente” que indefectiblemente ha llegado a mi casa antes del amanecer, desde tiempos para mí inmemoriales. Pero no puedo decir qué día empecé a ser su lector. Era el último en hacerlo, después de comer, y me lo hallaba ya bastante revuelto, pero no era grave mientras no me perdieran la tira de “Educando a papá” y menos aún la del “Fantasma”. 

Después mi interés se amplió a los deportes, especialmente los lunes, cuando todos gozábamos con los habituales triunfos del Guadalajara y leíamos las crónicas de marras con la mayor fruición aunque hubiésemos asistido al partido. Pronto se amplió mi interés a la sección de espectáculos, especialmente para decidir a qué cine iríamos ese fin de semana…

Hasta aquí no hubo nunca mayores dificultades. El conflicto sobrevino cuando me empezó a interesar la primera sección… y especialmente cuando me volví maniático y pretendía encontrar el periódico intacto, fue una obsesión que heredé de mi padre, a quien siempre molestó no hallar el ejemplar en el orden original. También había problemas cuando me le adelantaba con el crucigrama…

La cosa tal vez hubiera llegado a mayores de no haberme ido a estudiar a México y, cuando regresé, cuatro años después, ya me establecí en “casa aparte” y con suscripción propia. Ello me permitió establecer la regla de que el ejemplar nadie lo podría tocar antes que yo… No se crea que tuve mucho éxito, pero al menos no lo hallaba en desorden y a nadie le interesaba hacer el crucigrama.

Recuerdo todavía la profunda emoción que me despertó cuando publiqué mi primer artículo en aquella “Sección Cultural”. La mejor que ha habido en Guadalajara.

Todo esto para decir que dicho periódico ha sido una pieza infaltable en mi horizonte doméstico y lo sigue siendo todavía. Incluso, durante mi larga estancia en la capital durante los años ochenta, descubrí un negocio cerca de la cantina “La Ópera” donde se podía comprar EL INFORMADOR del día anterior. Lo malo es que traían muy pocos ejemplares y a veces otros jaliscienses como Don Guillermo Cosío Vidaurri me lo ganaba. Igualmente sabían amigos y parientes que su visita debía hacerse con EL INFORMADOR. Ello me permitió mantenerme más o menos al corriente de la vida del “Fantasma” y otros más y saber quiénes se morían o se casaban. 

Tampoco dejé, durante ese tiempo, de mandar un artículo de vez en cuando. 

El día exacto de mi retorno se podría saber en los archivos del periódico, pues lo primero que hice fue “renovar” mi suscripción y su cotidiana lectura no me ha vuelto a faltar.

Podré dejar de escribir en él, pero la presencia del periódico en la casa de ustedes seguirá indefectiblemente hasta el día siguiente de que aparezca mi esquela mortuoria, misma que ya está debidamente redactada para cuando se ofrezca. 

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones