Había muchos motivos para sospechar que refrendar el título conseguido por el Guadalajara en el Torneo de Clausura no sería cuestión de “enchílame otra”…*A despecho de la propensión de sus más recalcitrantes seguidores —incluido, por supuesto, el dueño del juguete— a atragantarse de pastel sin molestarse en apagarle previamente las velitas, “asegundar” implicaba infinidad de dificultades. Las más notorias serían, primero, mantener el nivel futbolístico de los mejores partidos de la campaña precedente; segundo, mantener la suerte —entendida como la coincidencia de una serie de factores favorables— de su lado; y tercero, esperar que otros equipos, provistos de planteles tanto o más costosos y en teoría tanto o más capacitados —Monterrey, Tigres, América, Tijuana, León, Pachuca...—, se quedaran por debajo de sus posibilidades.En efecto: era demasiado pedir.*Así como se exageró la nota al ponderar la conquista tanto de la Copa como de la Liga del torneo anterior por parte de las Chivas, ahora se exagera al buscar explicaciones, pretextos o chivos expiatorios a los cuales endosarles lo que se califica, ya desde ahora, como un fracaso.Objetivamente, era previsible que el funcionamiento del equipo se viera afectado por ausencias —por compromisos con la Selección Nacional— y lesiones en las primeras jornadas. Era igualmente previsible que los rivales lo enfrentaran con una actitud diferente a la de otros partidos: vencer al campeón viste más que vencer a un equipo de media tabla.*El sábado, ante los Tigres, el Guadalajara jugó, quizá, su mejor primer tiempo del actual certamen. Tuvo el balón y lo hizo circular con sentido… hasta cierta zona de la cancha. Careció, empero, de la inspiración y la contundencia que tuvo cuando venció al Pachuca (1-3), en la octava fecha del torneo. Tuvo, en cambio, la fortuna de que los Tigres desperdiciaran, una a una, las oportunidades que tuvieron… hasta que el penalti —rigorista, dudoso, “inexistente” y todo lo que se quiera—, en el minuto 94, propició el resultado, con todas las consecuencias que ahora son motivo de reproches y lamentos.Colofón: en el anterior Torneo de Clausura, el Guadalajara fue digno campeón… aun sin ser el mejor equipo: algo que muchas veces ha sucedido en el futbol mexicano, merced a las peculiaridades del sistema de competencia. Esperar que de nuevo fuera campeón, considerando las dificultades ya señaladas, era quedar a expensas de un milagro.
