La vocación de un periódico es difundir los sucesos cotidianos de la ciudad, el país y el mundo, pero toda institución que busca generar lazos con la sociedad también debe promover la cultura. Con esa idea nació la Fundación Jesús Álvarez del Castillo V., en 1991, como un ala cultural de EL INFORMADOR.Ubicada en la céntrica calle de Liceo (núm. 223), el inmueble que alberga la Fundación Jesús Álvarez del Castillo rememora la arquitectura porfiriana de finales del siglo XIX y comienzos del XX. El edificio tiene su propia historia ligada a la ciudad, pues allí fue la primera sede de la primera universidad privada del país: la Universidad Autónoma de Guadalajara.Fundada por Jorge Álvarez del Castillo Zuloaga, la Fundación comenzó sus actividades constantes en 1998: conciertos con músicos internacionales y locales, exposiciones pictóricas, fotográficas y de escultura, presentaciones de libros… Un sinfín de eventos han sucedido en sus salones engalanados con las primeras portadas del periódico EL INFORMADOR.Entre la amplia pléyade de artistas que han compartido su talento en la Fundación está Ars Antiqua, el Cuarteto de Bellas Artes, el Coro del Estado de Jalisco, “Los Dorados”, Gergely Boganyi, A Capella Ensamble Coral, Karla Swarovsky, el Trío Martinú Collegium de Praga y un largo etcétera.Mención aparte merece el concierto que ofreció el guitarrista flamenco, Vicente Amigo; así como la visita al recinto del escritor Fernando del Paso, Premio Cervantes 2015. El autor presentó en la Fundación su libro “Castillos en el aire”, el cual combina sus dos pasiones: la escritura y la pintura.Entre las exposiciones más recientes se pude mencionar la muestra de la pintora Adriana Andrade y alumnos de su taller, con óleos en los más variados estilos. Así como la premiación del Concurso fotográfico “Rostros y Rincones Tapatíos”, certamen que forma parte de la celebración por los 100 años de vida de este medio.La Fundación ha difundido las artes plásticas desde sus inicios con exposiciones y subastas como la de Jorge Monroy, acuarelista que presentó “Pinceladas de México”. Otro habitante pródigo de la ciudad que vio su obra entre las paredes del recinto fue Juan Soriano, pintor tapatío.En cuanto a las subastas realizadas en este espacio, la vocación no ha sido sólo promocionar la compra y venta de arte, pues éstas, también, han tenido fines altruistas, como la sucedida a favor del Museo del Periodismo y Artes Gráficas.Este artículo forma parte de la edición conmemorativa de los 100 Años de EL INFORMADOR. El resto de los contenidos especiales están disponibles en ESTE ESPACIO y también puedes consultar la versión hojeable digital PULSA AQUÍ.
