Casa Oaxaca, encanto coqueto de Hermosillo
La ciudad norteña asombra con un concepto que se inspira en las tradiciones más mexicanas
Recuerdo haber arqueado las cejas, sorprendido, cuando me llegó la propuesta de ir a desayunar a un “pedacito de Oaxaca en la ciudad de Hermosillo”. El plan sonaba curioso en primera instancia. Luego sonreí ante una idea que poco a poco tomaba la forma de una deliciosa aventura.
Muy tempranito, con el Sol por todo lo alto (como suele ser en Hermosillo), llegué a Casa Oaxaca (Av. Oaxaca 48, entre Matamoros y Guerrero, en el Centro de esa ciudad), cuya lujosa y colorida fachada era la primera carta de presentación. Bastó con entrar al recinto para confirmar mi sospecha: Una deliciosa aventura dio comienzo.
Dicen que la primera impresión es la más importante en esta vida. Si es verdad el adagio, entonces yo caí redondito ante el encanto de Casa Oaxaca. Un suave olor a café, una sonrisa para darte la bienvenida y habitaciones decoradas con todo el colorido y detalle. Todo de la mano de un personal talentoso y con la visión de su gerente, Mónica Portillo.
En sí, Casa Oaxaca más que un restaurante funciona como un pequeño y coqueto Centro comercial. En su interior encuentras locales como Ruvalcaba Joyería, La Tiendita, Garibay Peluqueros, Evaluna (un local de ropa) y para quien escribe estas palabras, la estrella de la corona: Mona Café.
Una pausa antes de ir a los asuntos culinarios. Los negocios enlistados anteriormente comparten un aire bohemio, con el uso de técnicas artesanales, materiales orgánicos y diseños exclusivos cuando es necesario. Visitar cada portal es entrar a un mundo de pequeños tesoros y únicos en su creación.
La sazón de Mona
Como lo escribí al principio, la razón primaria para llegar a Casa Oaxaca era desayunar, con la advertencia de los anfitriones de llegar con bastante apetito, pues la mesa del restaurante refleja la generosidad usual de los sonorenses para servir platillos desbordantes y deliciosos.
La carta en su apartado de desayunos brilla especialmente en el apartado de los omelettes (hay con chipotle, machaca y vegetariano). No me quedé con las ganas de probar los magníficos chilaquiles de la casa, bien salseados y generosamente servidos, con abundante guarnición de frijoles refritos, queso y crema. A los anteriores, se suma el pan francés, la copa Oaxaca (un bowl de frutas con yogurt y miel) y los infaltables hotcakes y waffles.
En el apartado de bebidas, puedes optar por el tradicional café americano, capuccino o espresso sencillo, entre otros, aunque si quieres salirte del caminito usual, te recomiendo darle una oportunidad a su café quemado (con esencias y servido con leche de soya) o el infaltable carajillo, por aquello de hacer buena digestión.
Céntrico, turístico y con un diseño de vanguardia, Mona Café también ofrece buenos precios. Los chilaquiles están en 90 pesos, pero servidos con una generosidad que te hará sentir en cada mordida que desquitan su costo. En el Facebook del negocio (facebook.com/monacafehermosillo) podrás encontrar la carta completa, algo que siempre se agradece.
Ojeando el menú es fácil quedarse con ganas de hacer sobremesa y quedarse a comer. Ya en la tarde se asoman pastas, pizzas, mariscos y claro, la carne que le ha dado tanta fama a Sonora.
Más sabores
También para cenar
De martes a sábado, Mona Café ofrece música en vivo para sus comensales, todos los días con un grupo diferente (por ejemplo, los jueves son de jazz). En el horario nocturno es cuanto brilla con fuerza su barra de cervezas, vino y coctelera.
El horario de este recinto es de 08:00 a 23:00 horas.
Hora de volar
Hermosillo es una ciudad con cientos de propuestas culturales, gastronómicas y de aventura. ¿Quieres conocerla? Desde Guadalajara puedes encontrar vuelos a la capital sonorense directos, cortesía de líneas como Volaris y VivaAerobús. Como siempre, comprar con tiempo te permitirá obtener mejores tarifas.